39. Despedida (Sofía)

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Luego de pensarlo decidimos que la cita será en casa de la abuela, no hay por qué hacerla en otro lado ya que estaríamos pendientes de quién me mira o de si alguien aparece

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Luego de pensarlo decidimos que la cita será en casa de la abuela, no hay por qué hacerla en otro lado ya que estaríamos pendientes de quién me mira o de si alguien aparece. Hubiese sido lindo que fuera en las playas de Las Hadas, pero es lejos y se complica. Su tío ya ha hecho los papeles y lo llevan en dos días, así que no queda mucho tiempo.

Malena y yo hemos hablado un poco, ella tenía mucha curiosidad sobre mi relación con Agus y traté de responder a sus preguntas con la mayor sinceridad posible. Le dolía, yo podía verlo, y supe que ella de verdad lo ama.

—Es una pena... —me dijo—, es una pena que le pasara esto y no hubiera podido ser feliz... Era todo lo que quería, ser feliz y libre de todo lo que le dolía.

Y yo pienso que a lo mejor lo logró, al menos lo de deshacerse de sus sentimientos de rencor.

—Prométeme que tú lo cuidarás —le pedí—, hasta que se vaya... No quiero que esté solo cuando eso suceda.

Ella me sonrió con tristeza.

—Lo haré... Me alegra saber que encontró a alguien que lo hizo feliz, aunque solo fuera un tiempo —dice y yo asiento—. Lo voy a cuidar... no te preocupes...

Me pongo el mismo vestido que Mariana me prestó para ir a la primera fiesta a la que él me acompañó, dejo el pelo suelto y solo me pinto los labios. Él me espera en el jardín trasero, allí pusimos una mesa para dos y me preparé algo de cenar.

Voy hasta allí cuando ya casi es de noche, al verme él se acerca y me pasa la mano para guiarme hasta la mesa. Yo sonrío y siento las cosquillas que su mano hace en la mía. Nos sentamos y ceno en silencio mientras la única música que suena sale de mi celular.

—Quiero que me prometas algo —dice y yo lo miro—. Harás todo lo que sea para ser feliz, vivirás tu vida al máximo... siempre...

—Lo intentaré —respondo con dulzura.

—Una vez que ya no esté, quiero que siempre seas tú misma... Ya no te apartes de la gente, ya sabes que quienes te quieren lo harán con todas tus rarezas, mantente cerca de esas personas... cuídate mucho y cuídalos... Sé siempre directa y sincera y nunca temas decir que no si no deseas algo, ya no quiero que seas esa chica que siempre aceptaba todo solo por agradar...

—Ya no soy esa chica, gracias a ti...

Él sonríe.

—Tú prométeme que cuando veas la luz, irás a ella... Y donde sea que vayas luego... me esperarás...

—¿Qué quieres decir?

—Lo que dije, que me esperes... —digo y él niega.

—Yo quiero que te enamores, Sofy, no tienes que guardarme un luto eterno ni mucho menos cerrarte a oportunidades de amar. Yo nunca me enamoré y en el camino rompí muchos corazones, si hubiera sabido que se sentía tan bien, me habría animado antes... Mereces que alguien te ame, te valore y te respete y te lleve a las estrellas con un beso real, con una caricia, con un amor tangible.

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