51. Volver (Agustín)

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Me despierto en la cama y la veo dormir a mi lado, se ve tan bella y perfecta como hace unos meses, pero yo ya no soy el mismo desde que regresé de aquel viaje a mi pasado

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Me despierto en la cama y la veo dormir a mi lado, se ve tan bella y perfecta como hace unos meses, pero yo ya no soy el mismo desde que regresé de aquel viaje a mi pasado.

El rostro de Sofía se me aparece a cada rato, los recuerdos de mi tiempo con ella se hacen cada vez más nítidos y palpables, la recuerdo todo el tiempo y me atormenta. Malena me nota distraído, afectado, pero no dice nada. Ella es paciente y siempre espera por mí.

No se merece que yo me sienta como me siento y una vez más vuelvo a ser la persona que pensé que había dejado de lado, aquel que lastima, aquel que huye, aquel que miente, aquel que no enfrenta lo que le asusta.

He perdido todo contacto con Sofía desde aquella noche, la dejé ir porque sé que era lo mejor que hacer. Los dos tenemos nuestras vidas construidas y pesa sobre ella la felicidad de otras personas. Además ¿quién es Sofía? Una mujer a la que creo haber amado cuando ni siquiera fui capaz de recordar aquellos días. Una persona con la que viví un sueño que ahora se me asemeja más a una pesadilla.

Las manos de Malena acarician mi pecho con dulzura.

—¿Estás despierto? —inquiere y yo asiento.

—Sí...

—Creo que deberíamos levantarnos ya... tengo que ir con mi madre a ver el vestido —susurra.

—Sí, es una buena idea —respondo.

Me besa en los labios y se marcha para darse una ducha.

Una vez que regresé y le aseguré que todo estaba en orden, seguimos adelante con la cuestión del compromiso. Me parecía lo correcto, lo justo, lo que debía hacer. ¿Cómo iba a regresar y decirle que todo en mi interior se había cambiado de lugar?

Pensé que en unos días todo volvería a estar en orden y que en ella encontraría la calma, pero no ha sido así, por dentro tengo un torbellino de recuerdos, ideas, sensaciones y temores, y no soy capaz de exteriorizarlo.

Me siento como una bomba de tiempo, en cualquier momento explotaré y destruiré todo a mi paso.

Odio volver a ser el ser inestable y egoísta que una vez fui.

—¿Cuándo nos veremos? —inquiere desde la ducha.

—A mi regreso —contesto.

Hace un par de días he aceptado un viaje de negocios.

—¿Por cuántos días es que vas? —pregunta.

—Una semana —respondo.

—Te voy a extrañar un montón —comenta y regresa del baño envuelta en una toalla—, pero tengo mucho para entretenerme con las cuestiones de la boda —agrega.

—Sí —respondo mientras la observo cambiarse.

No tengo ganas de levantarme, pero debo hacer las maletas ya que en menos de dos horas debo estar en el aeropuerto.

Malena termina de vestirse y viene a darme un beso.

—No seas flojo, levántate y no llegues tarde —añade—. Nos vemos a tu regreso, cuídate.

Respondo el beso y asiento, la veo partir y me levanto con pesadez para ir al baño y prepararme. Espero tomarme estos días del viaje para poder pensar un poco y aclararme, debo dejar de lado todo el pasado y concentrarme en lo que tengo aquí, en la mujer que amo y en nuestro futuro.

 Espero tomarme estos días del viaje para poder pensar un poco y aclararme, debo dejar de lado todo el pasado y concentrarme en lo que tengo aquí, en la mujer que amo y en nuestro futuro

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