Frankie Harrington nunca pensó enamorarse perdidamente del Freaky de la escuela y él nunca pensó que dos personas tan opuestas pudieran tener tanto en común. Eddie la salvó una noche, y desde ahí, es que sus caminos jamás se separaron.
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Eddie miraba aquella escena casi con odio, Daley Williamson tocaba a Frankie, tenía sus manos en su cintura. La chica notó que Eddie los miraba, y sólo podía mirar los cordones de sus zapatillas, aquel momento era sumamente incómodo, ella no quería que Daley posara tan sólo sus labios en los de ella.
Eddie comenzó a tocar, las personas bebían cerveza y movían su cabeza al ritmo de la melodía mientras él tocaba con fuerza, tenía rabia, podría golpearlos a todos si fuera por él, y reventarle el rostro a Daley, pero aquello lo canalizaba en su música. Daley besó el cuello de Frankie y ella se alejó por un instante, Eddie la miró y ella lo miró a él, el corazón de ambos dolía, no tenían exactamente una palabra para eso que estaban creando.
¿Podía Frankie deberle fidelidad a un chico que no era su novio?
Ni su amigo.
— Daley, el que hayamos solucionado esto, no quiere decir que nosotros volveremos a ser lo de antes— Frankie lo miró a los ojos— Apretaste mi brazo e incluso me levantaste un poco, creo que merezco algo más que tus arrebatos. Vamos a ir lento, por eso mismo prefiero que dejemos las muestras de amor en otro momento— Daley aceptó las palabras de su chica, a pesar de, él la amaba como nadie había podido llegar a amarla.
O eso le decía.
Las amigas de Frankie llegaron, todos bebían cerveza.
— El freak se maneja con esa cosa— habló pat y Daley no lo miró muy bien.
— ¿En serio crees que esa guitarra le suma puntos?— habló con burla— No deja de ser patético, ya tiene veinte y no es capaz de salir de acá— Todos rieron, menos Frankie.
— No hablemos más de Eddie Munson—la chica suspiró— Ya hemos tenido mucho, gracias a todo esto— soltó un poco cabreada con todos.
A los segundos entró Stacy Wandersleben, usaba su traje de porrista, ella saltaba y movía la cabeza, su falda se levantaba más de la cuenta, bebía cerveza mientras lo hacía, no le importaba coquetear con Eddie en presencia de todos, Eddie por su parte, la miraba sólo para querer demostrarle a Frankie que daba lo mismo si Daley Williamson ganaba, que él no moría por nadie.
Menos por la hija del alcalde.
La pelirroja se empinó la botella de cerveza y la tomó entera, el grupo de amigos de Frankie le celebró aquello, ella estaba completamente eufórica. Llegó con una sonrisa donde los seis chicos y se apoyó en el hombro de Frankie.
— Chicos, sé que me dirán que estoy loca. Pero Eddie Munson está que arde—hizo un gesto indescriptible. Daley puso sus ojos en blanco, a pesar de haber sido novios años atrás, ellos seguían compartiendo con el mismo grupo, eso ya era parte del pasado de ambos y a Stacy no le importaba haber sido rechazada por Munson la noche anterior.
— Vamos Stacy, no hablarás en serio— soltó Daley.
— No seas aguafiestas, no ves que es casi poético un metalero y una porrista juntos— soltó, y Frankie ardió por completo— Esta noche me iré con Munson y ustedes no van a joder más con eso— Las chicas rieron, por más freak que Munson sea, no era asunto de ellos qué cosa se echaba a la boca, y todos lo tenían muy claro.
