Frankie Harrington nunca pensó enamorarse perdidamente del Freaky de la escuela y él nunca pensó que dos personas tan opuestas pudieran tener tanto en común. Eddie la salvó una noche, y desde ahí, es que sus caminos jamás se separaron.
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Eddie llegó en la madrugada a su casa, había pasado la noche con Frankie, aunque sólo habían estado conversando, pues Maggie evidentemente había notado que él estaba escondido en la pieza de la chica, más no tenía conocimiento exactamente donde estaba. Él no sabía que su tío Wayne había llegado a casa, cosa que lo tomó por sorpresa, cuando entró se lo encontró en la cocina, lo miraba serio desde una mesita donde Eddie solía tomar café, hubo un silencio extraño, como si algo malo hubiera pasado, pero pasados unos segundos, su tío caminó para abrazarlo.
— Hey ¿Cómo va mi sobrino preferido?— Wayne movió su cabellera— ¿Qué tal la escuela?
— Pues bien— Eddie sonrió nervioso, él sabía que en casa había rastros de la presencia de Frankie Harrington, no quería que su tío supiera de ella sólo por playeras, o quizá qué cosa podría encontrar en su habitación, pero sabía que la chica no era de dejar sus bragas en el piso.
— Me alegro— Wayne sonrió— Te ves distinto— el hombre quería que su sobrino confesara su estatus sentimental, él no iba a molestarlo ni mucho menos, pero sólo quería verificar si era realmente la chica.
— ¿Por qué lo dices, tío?— Eddie sonrió nervioso.
— No sé, tus ojos brillan— Wayne largó una leve risita.
— ¿Ah sí?— Eddie lo miró— Pues...
—Mira, no quiero meterme en tu vida, tienes veinte años ya y sé que eres un hombre— Wayne se paró frente a él— Encontré un libro de una chica, y sumado a eso, otras cosas— el hombre no quiso entrar en detalles— Sabes que puedes traer a chicas, bueno, sería mejor si es que sólo traes a una. A lo que voy es que , si estás saliendo con una chica sólo dime.
Eddie suspiró, no podía negarle la verdad a su tío, tampoco tenía intenciones de hacerlo.
— Bueno sí—Eddie miró al piso, jugó con las llaves entre sus dedos— Es de la escuela, y es mi chica, estamos juntos hace ya un tiempo—Eddie lo miró.
— ¿Y cómo van las cosas?—Eddie miró nuevamente a Wayne, a él debía sí o sí decirle la verdad.
— Con ella perfecto, el problema no es ella— el chico tomó una manzana y le dio un mordisco—El problema es el jodido de su padre— Eddie suspiró.
— ¿Has hecho algo malo?—el hombre arqueó una ceja, pensando que quizá su sobrino no era el ser más respetuoso del planeta.
— Pues nada, nada tan terrible. El padre de Frankie me odia— Eddie suspiró— Y sí, estoy con Frankie Harrington, la hija del alcalde— Aquello fue como un balde de agua fría para Wayne, pues de todas las chicas del pueblo, su sobrino tuvo que escoger a la más complicada de amar, y es que Wayne sabía que el problema no recaía en su sobrino, sino que culpa era de él.
