Capítulo 10

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—¡hey! No corras, yo solo.... Yo solo... Quería... ¡Oh luna! El aire me falta, me cuesta respirar, dijo el alfa abatido y triste.

¡Omega!

Chillo el triste lobo.

Al no escuchar respuesta Nam se quedó sentado en aquella habitación, su respiración fue calmandose poco a poco, mantenía sus ojos cerrados, algunas lágrimas secas se habían quedado estancadas en sus mejillas. Su aroma inundaba todo el lugar.

Aquel Omega de quién sabía poco, sino es que nada, le había dicho de forma indirecta que se encontraba fuera de la ciudad donde había vivido toda su vida; probablemente pensara que aquello no era tan malo, si tan sólo no supiera que era el único punto habitado del planeta.

—su olor delicioso me dio calma, por eso recosté mi cabeza en su pecho; no hacía eso es de que era un niño...

¡Omega lindo!

—¡perfecto! Ahora hablo en voz alta con nadie, ¡por qué tenía que ser un Omega! definitivamente necesito salir mañana de aquí. ¡Ya dejame lobo tonto!

La noche llegó a aquel lugar extraño del que nunca había visto más que la luz del sol entrando por las aberturas de las paredes, se preguntaba como sería afuera de la ciudad.

"¿el niño de mis pensamientos habrá sobrevivido? ¿Dónde estará? ¡Ojala supiera cuántas veces no me rendí al recordar su rostro hermoso! ¡Si tan solo este Omega lo supiera!"

¡Omega!

"¿solo eso sabes decir lobo?"
Los pensamientos hicieron eco en la nada, Nam suspiró melancólico, el recuerdo del aroma del Omega lo invadió, quedándose tranquilo y dormido inmediatamente.

La mañana llegó como siempre, las paredes de aquella habitación eran extrañas, ningún sonido de afuera llegaba al interior, solamente unas motas de luz se dejaban ver, esa señal le indicó al príncipe alfa que el día había comenzado.

La puerta fue abierta de inmediato, el aroma del Omega llenó todo el recinto.

—¡Buenos días! ¿Puedes caminar solo? Dijo Jin con su rostro cubierto como siempre, su voz denotaba demasiada rudeza, siempre hacía eso.

Su ropa era similar, solamente cambiaba en algunos colores.
Pantalones semi holgados, playera y un pequeño saco que remarcaba su cuerpo, así era siempre su estilo, no variaba; negro, gris, verde y azul eran los colores que llevaba.

—algo de ayuda no me vendría mal, dijo Nam viendo hacia el techo.

—toma este bastón entonces y sígueme.

Nam sonrió por lo patético que se había visto intentando acercarse al Omega, caminó lentamente y tomó aquel bastón extraño, caminó apoyándose para salir de aquel lugar.

Nam salió al aire libre, el camino era de tierra, algo que no vería en la ciudad jamás; al rededor del pequeño camino habían arbustos de todo tipo, tamaño y color; pequeñas flores sobresalían por doquier; detrás de aquellos arbustos se alzaban árboles gigantescos, pinos, cipreces, abedules y cedros.

El aroma era increíble, olía como él.

Naturalmente su aroma era de bosque y manzanas, pero la palabra bosque, no existía en el vocabulario de la ciudad.

Nam inhaló todo a su alrededor sintiéndose vivo, como nunca antes se había sentido.

Una sonrisa preciosa de hoyuelos surco su rostro.

Jin observó todo aquello unos pasos delante de él, la sonrisa que observaba era como el sol que veía salir cada mañana dando vida.

"es bello, como nadie más"

Serendipia (Namjin Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora