Capítulo Final

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Seokjin observaba la puesta de sol, su rostro radiante iluminaba con luz propia a su alfa, quien lo veía con su rostro lleno de amor.

—hay alguien a quien extraño, y no dudo que tu también lo extrañes, dijo Nam tomando la mano de su Omega para besarla.

Seokjin volteó a ver a su alfa,     —extraño muchas cosas, pero te tengo a ti, tu me llenas de todo lo que alguna vez soñé.

Namjoon sonrió mostrando sus hoyuelos; —media vez yo vea esos hoyuelos, nada podría faltarme, aseguró Seokjin.

—¡te equivocas! Dijo Nam poniéndose de pie, —vuelvo en un segundo, no te muevas.

El Omega se quedó viendo como los últimos rayos de sol se ocultaban, su vida actual era algo que jamás había soñado; el sufrimiento al que había sido sometido le había eliminado cada sueño y esperanza.

El alfa volvió acompañado de los  ladridos de un perro; Seokjin se volvió al instante sintiendo un pesar en su corazón.

—¿Rj? Dijo intentando ponerse de pie con su abultado vientre.

Nam ayudó a levantarlo, Jin se puso a llorar en aquel momento.

—¡pensé que habías muerto! ¡Ay mi corazón! Eres lo único que tengo de papá, ¡mi bebé! No voy a soltarte jamás.

El pequeño perro café saltó lamiendo sus manos aullando de forma lastimera mientras hacía cariño a su antiguo dueño.

—¿donde lo encontraste? Preguntó Jin con su rostro aún lloroso.

—todos los que fueron exiliados después de que nosotros regresaramos a la ciudad encontraron tu casa, gracias a eso sobrevivieron y se hicieron cargo de Rj.

—¡Oh! No me esperaba esto, ha sido lo mejor de esta velada, dijo Jin besando los labios de su alfa.

Namjoon disfrutaba de sus besos, el deseo en el embarazo era mayor que antes, a veces no podían controlarse. —te amo, te amo y te amo, decía su Omega en cada beso, haciendo que perdiera el control.

—Seokjin, dijo Nam susurrando junto a la boca de su Omega,
—tengo algo más para ti; el alfa sacó de su bolsa una pequeña caja.

—quiero casarme contigo y no voy a prometerte cosas materiales, dijo mientras se ponía de rodillas en aquel acantilado donde habían compartido tantas cosas.

—¡sólo quiero levantarme cada mañana y ver que duermes a mi lado!

¡Que seas tú quien me espere cuando salga a largos viajes!

¡que seas tú quien se ría conmigo de la nada y quien llore a mi lado cuando tenga penas!

¡Solo quiero que seas siempre mío, hasta que nuestra respiración se vuelva lenta y se detenga!

Seokjin se conmovió hasta las lágrimas, —¡seré hasta lo que no pueda ser por ti! Te daré lo mejor de mi, así como siempre me das lo mejor de ti.

Nam colocó un pequeño anillo en el dedo de su omega; dos ramas doradas entrelazadas tomando una rosa brilló en la semi oscuridad.

Serendipia (Namjin Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora