Serendipia (Namjin Omegaverse)

Capítulo 16

-la habitación sigue disponible para ti, no te preocupes.

El alfa escuchó a Jin decir aquello emocionado.

-me siento en deuda contigo por provocar tus lágrimas en el bosque, dijo Nam muy serio, -por eso quiero construir un hogar y dejarte en paz y libre de preocupaciones; ¿me ayudarías con eso?

Jin sintió una punzada en su estómago, una mota de tristeza atravesó su mente.

-¿estás seguro de eso? ¡Se que no empezamos bien pero podrías quedarte! dijo Jin un tanto apenado.

-me agrada la idea, pero quisiera formar algo por mi mismo, es quizá una pelea interior de mi ego y mi orgullo, no te preocupes.
Dijo el alfa pensando:

"probablemente si me quedo a vivir contigo traería problemas" "mi control jamás se había visto tan en peligro por un Omega"

-acepto eso, dijo el Omega, mañana por la mañana buscaremos un espacio y podremos hacer planes sobre eso, respondió.

Ambos se dirigieron a casa, esperando el siguiente día.

La mañana llegó como siempre, radiante y fresca, disipando la niebla de aquel valle boscoso donde se hallaba la pequeña casa, escondida estrategicamente de depredadores y vigilantes.

Jin se levantó antes que todos los días y se dirigió a un pequeño camino escondido que se dirigía a un lugar secreto entre arbustos y piedras.

Minutos después volvió, limpio y mojado, algunas gotas perladas resbalaban de su cabello que caía graciosamente húmedo sobre su frente y ojos.

Se dirigió a su habitación, vistió como de costumbre y observó su rostro en el reflejo de un pequeño espejo en la pared.

Su coquetería era sencilla y pura, no había nada más que hacer, peinó sus cabellos castaños y suspiró al salir.

-¡Nam! Trae ropa limpia, iras a bañarte.

El alfa acostumbrado a la escasez de agua que había en la ciudad, solía darse un baño "húmedo" como le llamaban al vapor aromático y desinfectante que se usaba en las altas clases sociales.

-¡no sabía que habían baños húmedos aquí! Dijo feliz al abrir la puerta.

-no hay, dijo el Omega riendo-lo que tenemos aquí es una laguna.

-¿una qué?

-date prisa, se que al conocerla, querrás venir todos los días.

Ambos caminaron hasta el camino escondido donde Jin había ido anteriormente. Bajaron una pequeña cuesta y entraron a una pequeña cueva, su interior estaba claro por entradas de luz en el techo de la misma; una pequeña extensión de agua cubría el interior, era cristalina y quieta, la luz del sol creaba un efecto maravilloso en ella.

-¡esto es bellisimo! Dijo el alfa acercándose a la orilla a tocar el agua.

-esperaré afuera, metete y limpiate, al salir iremos a desayunar, tengo un lugar que mostrarte.

Jin salió y se sentó fuera de la pequeña cueva, dejando al alfa indeciso.

Namjoon metió los brazos, jamás había visto tanta agua junta, ni siquiera sabía de dónde provenía el agua de la ciudad.

-¡esto está genial! Dijo en voz baja sonriendo como un niño.

Se metió al agua poco a poco, estaba fría al contacto pero después se sentía deliciosa.

Se limpió lo mejor que pudo disfrutando cada segundo, definitivamente volvería todos los días.

Al salir de ahí, y desayunar, Jin y Namjoon salieron de casa con una pequeña bolsa.

-¿a dónde iremos? Dijo Nam expectante.

-A un lugar especial que mi padre y yo hicimos.
Mientras caminaban Jin empezó a hablar.

-mi padre biológico nunca lo conocí, mi padre con quien vivía descubrió que yo no era hijo suyo y me sacó de casa. Mi mentor y buen amigo el alfa en jefe me acogió en su casa, el fue un hombre que me enseñó lo que era sentirse amado. Cuando fuimos exiliados, el sanó mis heridas y me crió como a un hijo, lo llamé padre porque lo merecía.

Namjoon escuchó todo aquello con un sentir triste, ¿cómo habían osado tratar mal a aquel Omega tan especial?

-vivimos aquí por 10 años juntos, el construyó todo lo que ves con mi ayuda, me enseñó todo lo que soy y me dio el refugio más hermoso: el arte.
Aprendí a dibujar y pintar, así pude mantenerme cuerdo.

Hace cinco años que él partió de este mundo, la edad y el cansancio lo debilitaron, me quedé solo, pero su presencia aún persiste en mi.

El alfa observó el rostro de Jin, una pequeña lagrima silenciosa recorría su mejilla.

-¡no quiero imaginar lo duro que fue para ti perderlo! El estar solo aquí es algo sumamente difícil.

El Omega sonrió con pesar, pensando...

"apareciste" "no eras lo que esperaba pero estás aquí" "gracias por vivir, realmente no quería seguir adelante"

Jin se detuvo a recoger algunas flores en el camino, después de aquello caminaron hacia un claro en el bosque.

-Esto se le conoció en la antigüedad como "campo santo" era un lugar donde los muertos reposaban, las personas tenían un respeto por los antepasados y los visitaban de vez en cuando para hablar con ellos de forma simbólica.

Namjoon escuchó a Seokjin mientras observaba pequeños cúmulos de tierra con nombres escritos en pequeños fragmentos de madera de árboles, pero lo que más le sorprendió fue ver un árbol viejo sin hojas que sobresalía en todo el lugar.

Aquel árbol tenía una inscripción tallada en su propio tronco, "amado padre, acudiré a este lugar cuando sienta que la vida se me escape"

Namjoon tragó saliva, aquello le había puesto un nudo en la garganta.

"el Omega no tendría nadie que lo enterrara ni derramara lágrimas por él"
"a mí también nadie me extrañó al desaparecer de la ciudad, nadie me busca"
"incluso así yo buscaba morir cuando desperté en aquella habitación donde el Omega me cuidó"
"renegue el estar a salvo y él aún así deseó que al morir vendría a reposar justo a su padre"

Jin colocó las flores en el pie del árbol, se puso incado con la cabeza topando al árbol, habló en susurros no entendibles por un momento y se levantó.

Su mirada triste halló al alfa limpiandose las lágrimas.

Jin se acercó temeroso al alfa, su aroma dulce de vainilla y caramelo lo envolvió; adivinando la razón de su tristeza dijo:

-a ti te buscarán, no te preocupes, no debes llorar por estar aquí afuera, eres el príncipe; te buscarán y serás feliz siendo un monarca justo.

Nam lo observó de forma dulce, provocando el sonrojo del Omega, algo que lo volvía loco cuando pasaba.

Jin lo llevó unos pasos más allá del cementerio dejando a la vista lo verde y espacioso de todo el valle.

-¿ves lo que está allá? Dijo Jin mostrando un punto brillante a unos 50 metros de ahí. -es un basurero, a menudo tiran herramientas averiadas, materiales de construcción y personas. Fue ahí donde te encontré; fue ahí donde encontramos personas moribundas que intentamos salvar sin éxito; son las que están enterradas tras de nosotros.

Nam pensó que su ciudad, su tío y probablemente sus padres habían sido peor que basura, sin corazón.

-si pudiera volver a la ciudad, arreglaría todo esto, dijo el alfa.-¿volverías conmigo?

-realmente odio la ciudad, no volvería jamás, dijo Jin moviendo sus manos para ahuyentar sus pensamientos.

"si tus planes fueran ir y volver te esperaría" "pero siendo rey ¿a que volverías?" "odio que tenga que ser así"

Ambos empezaron a sentir sus aromas con feromonas de tristeza, la atracción que había en ambos era palpable pero se esforzaban demasiado en ocultarla.