Capítulo 21: Un nuevo poder y sus secuelas

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– ¿Crees que hoy vendrán?

– ¡Ahh!-me asusto al ver a James al otro lado de la puerta de mi departamento.-¿Se puede saber qué haces aquí? Casi me provocas un ataque.-coloco la mano en el pecho.-No vuelvas a hacerlo.

– Es que era importante.-se rasca la nuca.-¿Y Emma?-señala el interior.

– Prefiere quedarse para preparar todo.-le explico abriendo más la puerta.-¡Emma!

En dos segundos aparece con miles de cosas en las manos.

– ¿Todo eso es para el cumpleaños de Isla?-le pregunta impresionado.

– Mañana es sábado y su cumpleaños, no veo mejor oportunidad para utilizar todo esto.-tiene que hacer malabares para que no se le caiga una botella de Whiskey que peligra sobre una caja.-Divertíos por mi en clase. Espero que ambas sigan sin ir. ¿Cuántos días van ya?

– Seis.-contesto sin darme cuenta.-Creo.

– Pues espero que sigan sin ir un séptimo día mas.-finge mirar al cielo.-¿Qué miráis? Iros ya, no vais a llegar. Dejar que fluya mi imaginación.

– Pero si tú misma acabas de decir que esperas que no vayan. Si eso se cumple, no tenemos clase hasta las doce.-le digo.

– Bueno, yo tengo ahora antropología.-comenta James.

– ¿Y entonces por qué vas ahora?-pregunta Emma mirándome.

– Por si acaso.

– Pues, por si acaso, largaos ya. ¿O queréis ayudarme a colgar el cartel de cumpleaños feliz?-nos mira demasiado sonriente.

– Adiós, Emma.-cierro la puerta antes de que nos tire algo a la cabeza.-Está histérica con la fiesta. Según ella necesitamos más alcohol.

– ¿Más?-pregunta James mientras nos metemos al ascensor.-Si la encimera de la cocina estaba llena de botellas.

– ¿No sabes que a Emma y a Klaus les encanta beber o que?-presiono el botón.

– Hablando de Klaus.-me da un pequeño codazo.-Abelone me ha dicho que el otro día os vio muy cerca.

– Sabes que no me gusta, James.

– Lo sé. Pero yo se lo dejaría claro a él.-salimos del ascensor.

– ¿Y qué le digo? ¿Qué me siento atraída hacia dos...-levanta una ceja.-Déjalo, ya lo hablaré con él.

– ¿Has logrado hablar con ellas?

– Ni siquiera tengo sus números de teléfono.-alzo los hombros.

– Te dijeron dos días, ¿no?-me pregunta preocupado.

– Si. Y ya han pasado seis.

Intento no pensar en eso, pero la única razón por la que se fueron a ese consejo fue para debatir sobre mi futuro y no puedo evitar ponerme nerviosa.

"¿Cómo no hacerlo cuando tu vida depende de un hilo?"

– Tranquila. Estarán bien.-me coge de la mano y comienza a caminar.-Todo irá bien, ya lo veras.

– ¿A dónde vas? La parada del bus está hacia allá.-señalo la dirección contraria.

– He venido en moto. Vamos.

– ¿Qué has venido en que?

*  *  *

– Qué sea la última vez que me llevas en moto.-me saco el casco medio mareada.-¿Quién te ha enseñado a conducir? ¿Un cocainómano?

Secretos envenenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora