"Puedes invitar a tus amigos". El comentario de Klaus lleva haciendo estragos en mi cabeza desde hace horas. La fiesta será después de la cena, cuando todos los profesores se retiren a sus habitaciones; por lo que todavía tengo tiempo para prepararme mentalmente. "¿Una fiesta? Suena interesante".
No es que las fiestas sean muy de mi estilo; las disfruto, pero siempre he preferido quedarme en mi casa leyendo un buen libro. La cosa es que el libro es inexistente en estos momentos (maldigo el momento en el que me lo olvidé en mi mesilla), y que hemos venido aquí para socializar, no para encerrarnos en una triste cabaña.
"Las fiestas de mi hermano son inolvidables, Sandra". Ese ha sido el último comentario de Abelone antes de salir por la puerta.
Iré, de eso no hay ninguna duda. Necesito dar un vuelco a mi vida y olvidar todo lo que ha pasado esta semana. "Para".
-Buenas.-saludo mientras me siento en la mesa donde están James y Adele.
El comedor no es para nada algo fuera del otro mundo, tan solo cuenta con unas mesas redondas, en las que ya tienen incorporadas las sillas, y una puerta doble donde dice claramente: "No pasar".
"Tranquilos, dudo que alguien de aquí le interese entrar para prepararnos la comida".
-¡Hola!-grita James logrando llamar la atención de todos los alumnos.-Ups.
-¿Dónde te has metido esta tarde? ¿Te ha pasado algo?-pregunta Adele preocupada.
-No, que va.-niego con la cabeza repetidas veces.-Me he atrevido a meterme en el agua.
-¡¿En serio?!-gritan los dos a la vez.
-A que el lago es genial.-los dos me ven esperando una buena respuesta.
-Si.-admito intentando omitir una pequeña sonrisa.
-Sabíamos que te gustaría.-admite Adele chocando los puños con James.
-Y...-me callo al ver como un chico se dirige hasta nosotros con las bandejas.
-Gracias.-decimos todos a la vez después de que el chico haya dejado la comida.
-Disfruten de su comida.-sonreímos mientras se va a otra mesa.
-Nos han invitado a una fiesta.-termino de decir.
-¡¿Qué?!-"¿Por qué James grita tanto?"-Tenemos que ir. Necesito ir. ¿Podemos ir?-termina por preguntar poniéndose casi de rodillas.
Miro a Adele buscando una respuesta por su parte, tan solo asiente restándole importancia.
-Iremos.-afirmo por parte de las dos.
-Si.-sonríe como un niño antes de sentarse de nuevo.-¿Quién te ha invitado?
-Un chico de intercambio.-lo busco con la mirada.-Oh, ahí está.-lo señalo disimuladamente.
Ambos se giran con disimulo, pero en ese momento, lamentablemente, gira hacia nosotros y nos ve en pleno crimen. Su sonrisa se agranda en cuanto sus ojos dan con los míos.
Sacudo la mano en forma de saludo, pero lo que hace a continuación me deja helada; se levanta de un salto y con una andada muy graciosa llega hasta nosotros.
-Hola, chicos.-saluda con alegría.-Soy Klaus, un placer.
-Hola.-le saludo colocándome mejor para verle.-Ellos son Adele.-la susodicha le saluda con la mano.-Y James.
-Encantado.-le dice escaneándolo con la mirada.
Y es que de las pocas cosas que me he podido dar cuenta de James, es que siempre escanea a las personas por completo. Aunque las conozca por años. "Será una costumbre que tiene": Me dije a mi misma la primera vez que lo vi haciéndolo.
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Secretos envenenados
De Todo¿Qué pasaría si un día te levantaras de la cama y descubrieras que no eres tan humana como te hacían creer? ¿Qué pasaría si tus profesoras de universidad no estuvieran tan lejos de parecerse a ti? Y sobretodo, ¿qué pasaría si ellas mismas afirmaran...