Capítulo 10: Puras leyendas

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¿Cómo que James es uno de los nuestros? ¿A que se refiere el señor Darby? Me niego a pensar que James Boan es uno de los nuestros. Bueno, nuestros...ni siquiera sé lo que soy. ¿Pero James? Si ni siquiera parece entender el funcionamiento del mundo.  

Ayer no me atreví a reclamarle algo, todo el mundo estaba feliz y me negué a romper tal sensación. Además, hoy es el cumpleaños de Abelone y dentro de tres días...el mío. Es impresionante como pasa el tiempo.

La oficinista del señor Darby vuelve a darme una cálida sonrisa, como la del otro día. ¿No podría haberlo hecho desde un principio? ¿Ella también será una bruja? ¿Tendrá alguna idea?  

La examino mientras paso por su lado. No, no tiene pinta. Aunque yo tampoco la tenía y resulté ser una ne... ¿negaría? Lo que sea... .

-¿Qué tal estos días?-pregunta el señor Darby en cuanto entro en su oficina.

-Raros.-me remuevo incomoda.-Lo de James...

-El señorito James es el nieto de un amigo.-me corta.-Es un buen muchacho.-se queda pensativo.-Y tiene mucho potencial.

-¿Usted lo mandó a propósito?-me siento en el sofá.

-No, no.-niega repetidas veces.-Pero cuando me enteré de que ibais a ir a las mismas clases, le mandé que te protegiera. Por si acaso.

-¿Entonces todo ha sido una mentira?-cruzo los brazos medio enfadada.

-No, yo no le dije que se hicieran amigos. Tan solo le dije que te tuviera vigilada.-explica sentándose en su silla.

-¿Y por qué ahora?

-Porque le prometí a tu abuela que te protegería y los lazos que se generan durante tus años, suelen ser para toda la vida. Por si acas...

-Por si acaso encontraba a mi pareja, la cual si o si, morirá.

-En teoría.-levanta ambos brazos.-Pero ya te dije que podrías romper la maldición.

"La maldición. Por qué es eso, ¿no? Estoy maldita".

-¿Ha habido alguna actualización durante estos días?

-Solo lo que le dije el otro día.

-Lo de tu adaptación.-se rasca su barba blanca pensativo.-Me dijiste que sabía tu apellido, pero la cosa es...-se levanta de su asiento.-...¿por qué no estás muerta ya?

-Que directo.-susurro.

-Creo tener la explicación.-camina hacia la puerta.-Vamos.-sale sin decir algo más.

"¿Por qué no estoy muerta? ¿Quién sabe? ¿Igual soy inmortal? No, eso sería demasiado hasta para esta vida".

De nuevo, nos encontramos ante la puerta de madera del despacho de mi abuela. Su interior está como lo dejamos el otro día: lleno de polvo.

-No te han intentado matarte.-camina hasta la mesa.-Pero lo harán. Mira, ven.

-¡¿Cómo que lo harán?!-pregunto alterada mientras me acerco hasta el.-¿Qué es?-me extraño al ver un libro demasiado antiguo.

"Rituales". Su nombre logra ponerme la piel de gallina.

-Tu abuela lo leía mucho y ahora se porque.-me lo pasa. Una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo.-Qué sensación tan rara, ¿verdad?-le miro extrañada.-Es porque está hecho con magia negra.-casi se me cae al suelo nada más oírlo.-Tranquila, es inofensivo.

-¿De qué va?-lo examino sin atreverme a abrirlo.

-Dentro...-mira al techo mientras se muerde su labio inferior.-...se encuentra la manera de matarte.-ahora si que se resbala de mis manos, no tardamos mucho en oír el golpe seco que provoca al tocar el suelo.-Es un ritual, el cuál deberán hacer con muchas condiciones.-lo recoge.-Por eso no lo han intentado.

Secretos envenenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora