"Corre, vamos".
No voy a llegar, no lo voy a hacer ni con suerte. Quedan cuatro minutos para que el examen de anatomía empiece y al bus todavía le quedan dos paradas para llegar a la universidad.
"Traxler me va a matar". Sin pensar en la maldición, claro está. ¿Pero llegar tarde a uno de sus exámenes? Ni siquiera deja pasar a alumnos que llegan tarde por un minuto a sus clases.
"La maldición". Si, eso incrementará sus ganas de matarme. Sin caer en el hecho de que casi nadie ha estudiado para ese examen. ¿Y cómo lo iban a hacer? Si, nos lo dijo hace apenas unas horas.
"Gracias al maldito ritual que todavía no pueden matarme". ¿En qué cosas estoy pensando? Si hace apenas unas semanas, era una chica normal con una vida lo más mundana posible. Y en nada, será mi cumpleaños y tan solo tengo pensamientos hacia mi muerte.
El autobús llega a mi destino. Me veo obligada a apartar a un chico que baja con lentitud para poder llegar al menos a tiempo.
–Lo siento.-me disculpo mirando la hora en mi móvil.
–No pasa nada.-escucho que grita desde la lejanía.
"Dos minutos".
Rebaso a un grupo de estudiantes que tan siquiera caminan con calma hacia su siguiente clase. Mis zapatos chirrían por el suelo, creando sonidos de persecución que no dejan indiferente a nadie. Todos se giran a verme, pero estoy lo bastante ocupada como para decirles algo.
"Un giro más". Un giro más y ya visualizo la puerta entreabierta de mi clase. Corro hasta donde mis talones me lo permiten. Una mano comienza a acercarse al pomo de la puerta, casi me tropiezo en cuanto la veo.
"Un minuto".
Logro parar la puerta antes de que comience a cerrarse. La mano de Traxler se tensa ante mi acción. Ambas subimos la mirada a la vez.
–Un minuto más y no entra Agramonte.-sentencia haciéndose a un lado para dejarme pasar.
No le digo nada porque soy incapaz de mirar esos ojos azules, que logran perderte en un mar intenso lleno de bestias en su interior.
–¿Dónde estabas?-pregunta Emma cuando llego a su lado.
–Luego te lo cuento.-me dejo caer en la silla.
–Silencio.-grita Traxler desde su escritorio.-Tienen una hora para terminarlo. No podrán salir hasta que no pase el tiempo.-su mirada viaja por todo el salón. Evito mirarla mientras saco un boli para, por lo menos, poner algo en el examen.-Ya le pueden dar la vuelta a su hoja.
No se tarda en oír el típico ruido que hacen las hojas cuando golpean una superficie sólida, al igual que no se tarda en oír soplidos de amargura.
"¿Qué demonios es esto?" Entrecierro los ojos, buscando alguna respuesta apenas comestible ante lo que tengo en mis manos. Soy incapaz de hacerlo.
Miro hacia Emma, no parece tener problema alguno en su examen. A mi otro lado, un chico tampoco parece tenerlo.
Pero en cambio yo... . Soy incapaz de poder visualizar una frase bien hecha. Las palabras se mueven por toda la hoja, dejándome con la palabra en la boca. Forman figuras geométricas como si quisieran reírse de mí.
"¿Qué demonios es esto?" Repito una y otra vez en mi mente, pero sigo siendo incapaz de formular una respuesta.
Vuelvo a subir la visita a la gente a mi alrededor...como antes no parecen tener ningún problema. Pero algo se vuelve confuso. Todas las letras de los posters que se encuentran pegados en las paredes, las letras de algunas camisetas, hasta las de la pizarra; comienzan a danzar a mi alrededor.
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Secretos envenenados
Diversos¿Qué pasaría si un día te levantaras de la cama y descubrieras que no eres tan humana como te hacían creer? ¿Qué pasaría si tus profesoras de universidad no estuvieran tan lejos de parecerse a ti? Y sobretodo, ¿qué pasaría si ellas mismas afirmaran...