Estoy preparada para lo que sea...
— Esto se nos ha ido de las manos — Vocifera Aldora mientras da vueltas sobre la alfombra del comedor, con un vaso de whiskey entre sus manos.
— ¿Qué podemos hacer? Piensan que estamos muertas — Musita Melanie, cabizbaja.
— Yo...
— ¿Y si nos mudamos a otro país? ¿Otro continente? ¿No conocías a un tal Tristán de Australia? — Me corta Aldora con energía.
Está nerviosa y es la primera vez que la veo así. Me sorprende que ella misma se encuentre de tal manera... No digo que no sea un comportamiento normal, ni mucho menos. Pero es Aldora Traxler, es ella la que pone nerviosos a los demás, no al contrario.
Pero si, aunque cueste admitirlo; Aldora Traxler es un mar de nervios en estos momentos.
— Murió hace unos años — Aldora para de moverse en cuanto escucha a Melanie —. Cáncer con metástasis. No fue el consejo blanco, ni nada parecido.
— ¿Y si...
— ¿Qué hay del italiano? Seguro que Francesco pone su mano en el fuego por nosotras. Lo salvamos, nos lo debe — Me vuelve a interrumpir.
— Ya hizo demasiado al darnos el collar de Sandra. Además ha vuelto a su país por un asunto familiar — Musita Melanie, sentándose a mi lado. Intentando no mover las hojas llenas de apuntes que yacen sobre el sofá.
— Tiene que haber otra opción — Camina hacia la botella de alcohol situada en la mesa pequeña de la estancia y vuelve a servirse una pequeña cantidad de éste.
Es increíble como no le hace ningún efecto. El hielo ha desaparecido hace ya mucho tiempo y sigue bebiendo como si nada. Yo estaría por los suelos al beberme solo uno de esos.
— Tiene que haber una solución.
— Podríamos...
— ¿Qué hay de ese tío que intentó derrocar al consejo? — Y vuelve a caminar en círculos, está consiguiendo ponerme nerviosa también.
— Muerto. Lo mandaron asesinar cuando intentó matar al hijo de Jorge — Explica Melanie con tranquilidad.
No sé cómo pueden tener un comportamiento tan distinto en estos mismos momentos.
— Tal vez...
Es mi turno, no pienso permitir que se rompa la cabeza por un fallo mio. ¿Por qué dije que estaban muertas y que yo había sido la responsable?
— ¡Aldora! — Gira su rostro con una velocidad inhumana hacia mi y me dirige una mirada para nada alentadora — Ha sido mi culpa, yo dije que os había matado y por eso mismo no podéis salir ni de vuestra propia casa.
Han pasado tres días desde que me proclamé la asesina de los miembros del consejo. No ha habido noticias de estos, pero las tres sabemos que no tardarán en llegar.
"Solo hay una manera de solucionar esto".
— Así que siéntate de una vez, relájate en tus días de descanso y déjame hablar con el señor Darby para...
— ¡Eso es! — Corre hacía mi con una sonrisa en el rostro.
Posa sus manos en mis mejillas y con rapidez presiona sus labios contra los míos. Un ligero sabor a alcohol recubre mis labios cuando pasa su lengua entre ellos.
— No sabes cómo me pones — Musita al separarse —. ¡Tengo la solución! — Coloca ambas manos a ambos lados de su cintura y nos mira expectante.
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Secretos envenenados
Diversos¿Qué pasaría si un día te levantaras de la cama y descubrieras que no eres tan humana como te hacían creer? ¿Qué pasaría si tus profesoras de universidad no estuvieran tan lejos de parecerse a ti? Y sobretodo, ¿qué pasaría si ellas mismas afirmaran...