Las suaves sábanas de seda me han tenido en babia desde el primer momento en el que Melanie me dijo anoche que esta sería la habitación donde dormiría. Cuenta con todo lo necesario y más, incluso tiene un pequeño cubículo incrustado en uno de los ventanales para poder leer a gusto si así lo deseas.
Puedo decir que he dormido mil veces mejor que en los últimos meses. Ha sido como si todas mis preocupaciones se hubieran extinguido durante nueve horas seguidas. Un sueño hecho realidad.
- ¿Qué te apetece desayunar? - Pregunta Melanie cuando decido aparecer por la cocina. Me da la espalda y aún así parece haber notado mi presencia al segundo.
- Lo que sea - No quiero pedir por pedir. Aunque me comería un picnic entero por lo de anoche, me niego a decírselo por respeto.
- ¿Lo que sea? - Gira su cabeza por un momento.
Sus verdes ojos penetrantes dan conmigo y logran agazaparme por un instante. Los he visto incontables veces, pero hoy... viéndola sin maquillaje... son aún más cautivadores. Y sus pecas... por Dios... ¿cómo se las puede tapar cada día?
- ¿Estás ahí? - Mueve su mano entre mi campo de visión.
- Si... - muevo unas cuantas veces la cabeza para entrar a la realidad -. Lo que sea me vale.
- ¿Qué tal unas creps con chocolate y café? - Deja caer una crepe cobre el montón que ha colocado en un plato.
"Se ven deliciosas".
- ¿Puede ser té? - Alza una de sus cejas.
- ¿Te gusta el té? - Pregunta después de unos segundos en silencio.
- ¿Pasa algo? - Pregunto confundida mientras ella camina hasta mí para dejar un plato vacío y el plato de las crepes a mi lado.
- No te tomaba por alguien a quien le gusta el té - Es mi turno de alzar una ceja o por lo menos de intentarlo porque su novedosa cercanía logra hacerme dubitar.
- ¿Y por quién me tomabas? - Me dejo caer sobre una de las butacas de la encimera. Pincho una de las creps bañadas en chocolate y la dejo sobre mi plato.
- Por alguien que le encanta dormir ...- Susurra mirando su reloj -..., por quien le tiene miedo a la oscuridad - No puedo reírme al recordar lo que le dije anoche acerca de cerrar las cortinas del todo - ..., y por alguien a quien le encanta el chocolate, por supuesto - Me quedo perpleja cuando me arrebata el tenedor y se lleva el trozo de crepé a su boca.
Su boca parece degustar el manjar con delicadeza.
- Me encanta dormir, eso no lo puedo negar - Le arrebato el tenedor -. No, no me gusta la oscuridad - Da un paso hacia mi -. Y tercero, adoro el chocolate - Me llevo un trozo a la boca.
- Lo sabía - Se le agranda la sonrisa -. Eres un libro abierto - Deja caer su mano sobre mi pierna. Intercala mirada entre esa zona y mi rostro.
- Te recuerdo que no has acertado lo del café - Susurro nerviosa.
- No puedo ser perfecta - Se muerde el labio inferior mientras se inclina -. Hola - Susurra cuando está a escasos centímetros.
- Hola - Casi me atraganto bajando la mirada a sus carnosos labios.
- Tienes un poco de... - Antes de seguir hablando, junta nuestros labios en un beso cálido y sencillo, que me deja sin vida. Su lengua da con mi labio inferior y no duda en pasarla para eliminar el chocolate que se habría quedado por el lugar.
Un beso y pum, miles de fuegos artificiales escupiendo fuego en mi interior.
- Nadie es perfecto - Mi voz sale de lo más rasposa cuando nos separamos y nos miramos directamente a los ojos.
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Secretos envenenados
Acak¿Qué pasaría si un día te levantaras de la cama y descubrieras que no eres tan humana como te hacían creer? ¿Qué pasaría si tus profesoras de universidad no estuvieran tan lejos de parecerse a ti? Y sobretodo, ¿qué pasaría si ellas mismas afirmaran...