Capitulo 33: Amiga y enemiga al rescate

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Isabela

— ¡¿Qué tenías pensando hacer que?! — el grito de Ema llamo la atención del todo el curso que inmediatamente pegaron sus miradas hacia nosotras.

Gracias amiga, lo que más me gusta en la vida es que mucha gente se me quede mirando.

Mi plan de salir disparada de España se vio interrumpida por el cambio rotundo de la personalidad de mi madre, obligándome a quedarme y solucionar mis cosas.

Una parte de mi, está demasiado contenta por llegar a un acuerdo de paz con mi madre, nuestra conversación de ayer se sintió como las que teníamos cuando era pequeña, ella recostada a mi lado de la cama hablando sin parar. Pero si mal no recuerdo, en ese tiempo era más inteligente o eso pensaba, tal vez porque era una niña de seis años, porque viéndola ahora a mi madre, a veces, con comentarios que hace parece una eterna adolescente.

Termine por contarles a mis amigas que mi plan fracaso por completo y esto nos lleva al gran grito de Ema, totalmente molesta por mentir sobre mi huida. Lola por otra parte, se dispuso a festejar a causa de que mi estadía seguía siendo España.

— ¡Que tanto miran, sigan con sus cosas! — exclamo Ema totalmente molesta con las miradas de nuestros compañeros.

Con Lola ahogamos una carcajada por el repentino salto violento de nuestra amiga.

— ¡Marín, compórtese! — grito la profesora y eso hizo que nuestra amiga tome asiento totalmente avergonzada.

Decidimos que lo mejor era guardar silencio hasta el receso, por un motivo muy importante, la próxima vez que la profesora tenga que advertirle a Ema que cierre la maldita boca, probablemente, la eche de la sala y eso nos va a dar mucha gracia con Lola, pero nos va preocupar las locuras que pueda cometer nuestra amiga rebelde, afuera de la sala y estoy segura que en esos planes llevaría con ella al pobre de Luka, que por lo que veo no le dice que no a nada, solo en el tema de besarla, en eso Luka esta muy decidido a no hacer, un imbécil.

Cuando estoy tranquila, mi mente viaja a Teo, que es lo que debe estar haciendo en estos momentos o como se siente y si está bien o mal, pienso muchas cosas que torturan mi cabeza.

Mis amigas antes de entrar al colegio, estuvieron implorándome que hable con él. Recuerdo mi segundo día de clase, ellas advirtiéndome que me mantenga lo más alejada de Teo y ahora están casi llorando para que solucione las cosas con él.

¿Debería hablar con Teo?

Mama, mis amigas y Luka me gritaron un si, deberías, dentro de mi cabeza.

Creo que la razón por la que lo estoy ignorando demasiado, es por el miedo que me genera saber que lo que escuche es cierto, dentro de mí sigue viajando esa posibilidad de que todo sea mentira y de que Teo nunca jugaría conmigo, pero el miedo a una verdad que no quiero escuchar me paraliza por completo.

Pasaron tres días desde que no le dirijo la palabra y pensé que con el pasar del tiempo eso iba doler menos, pero el sentimiento de tristeza crece cada vez más.

Me gustaría volver a ese día donde estábamos recostados en su cama, en un completo silencio totalmente acogedor, mientras que mi mano acariciaba su cabello.

Lo extraño, no voy a negarlo.

Me acostumbre a él, a su intensidad, sus constantes molestias y nuestras pequeñas discusiones que terminaban en besos y abrazos.

Tal vez debería hablar con él y si es cierto lo que escuche poder cerrar esa etapa, borrando cada recuerdo que tengo con Teo.

La campana del colegio me saco de mis pensamientos y creo que decidí que es lo que debo hacer. No importa si duele, necesito saber la verdad sobre lo que paso con esa chica.

Dos metros lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora