— Mierda!
— Duele! Ahhggg ... — El se acomodó de todas las formas posibles... Su alfa estaba tomando todo el control de sus instintos.
¿Por qué?
No era época de celo...
Sus fosas nasales se expandieron una vez más. Había algo en el ambiente...Tal vez alguien que vivió ahí.¿Algún omega en celo en los alrededores? ¿O esparciendo feromonas de forma deliberada?
Imposible. Las fincas colindantes no estaban tan cerca. El terreno era grande.
Yibo mordió su sabana para ahogar los sonidos. Su cuerpo estaba caliente y él estaba desesperandose...
Zhan estaba adormilado pero inquieto para cuando dejó de apoyar desde lejos la lucha que no cesaba... El contrincante parecía rendirse pero minutos después lucia de nuevo listo para otra batalla. Sintió un poco de pena, pero debido a los gestos que hacía Yibo decidió no acercarse para no salir lastimado. Tampoco era como si él castaño le permitiera hacerlo.
Cuando Yibo se ubicó de lado y metió la almohada entre sus piernas, el conejo pensó que todo habia terminado y él solo necesitaba estar cerca... Percibir más él aroma. Sin embargo entre quejidos ahogados el humano de Zhan, empezó a mover su pelvis contra la almohada.
Parecía que esta vez la lucha si iba a terminar.
Yibo se liberó varias veces, el estaba sudando, traspirando su ropa... Las sábanas... El ambiente infestaba a él.
— No me mires! — Yibo se quitó su camisa y se la lanzó a Zhan en su desesperó. Por un instante se sintió avergonzado de estar actuando de esa manera en frente al conejo. Se dirigió al baño y no pudo ver cómo Zhan empezaba a dar vueltas en su camisa... Mareado, perdido, aspirando cuanto podía del aroma... Que debido a lo que había hecho se combinaba con el suyo. Su estómago revoloteaba y dentro de el, no podía estar más sobresaltado y emocionado.
Alfa...
— Ahh... — Finalmente Yibo en el baño suspiró aliviado. Hubiera sabido que sólo tenía que tomar una ducha fría para que su entrepierna bajara, lo hubiera hecho desde el comienzo.
— Wang Yibo! — Escuchó su padre desde fuera.
Yibo salió secando su cabello y una toalla atada a la cintura. — ¿Qué sucede?
— Eso te preguntó a ti. ¿Qué crees que estás haciendo?. Ni siquiera puedes respetar que estamos de vacaciones. Toda la casa huele a ti.
— Lo sé... Lo siento... No fue mí intención.
— Controla esas hormonas!
El castaño rodó sus ojos. — Sí señor... — Murmuró. — Ni porque lo estuviera haciendo a propósito.
El alfa mayor se devolvió. — ¿Estás contestandome o me parece?
— No señor.
—Iré a la farmacia. Te traeré supresores.
— No los necesito.
Yibo se alistó y buscó a Xiao Zhan, aun estaba a tiempo de llevarlo al veterinario más cercano para descartar que no se hubiera enfermado por estar expuesto a la fuerte lluvia.
— Noo!!! Noo!!! ¿Por qué carajos? Es mi camisa favorita. Conejo malo!
Zhan la había tomado y la había metido en su jaula y ahora dormía plácidamente sobre ella.
Yibo frunció su ceño y gruñó. Pero esta vez Zhan le gruñó él doble cuando intentó arrebatarla.
— Qué puerco!
Liying lo acusó cuando bajo enojado a desayunar.
— ¿Tu que? eres una tonta beta. Ni siquiera te has de haber enterado.
— Mamá!
— Yibo, no seas grosero.
— Te escuche toda la noche tonto! No dejaste dormir a nadie.
Frustrado. Yibo se disculpó de nuevo. — Creo que lavare todo cuando regrese... De verdad no fue mí intención. Mamá, lo siento.
— Tomaras supresores.
— Pero, ¿Por qué? Siempre me he controlado.
— Lo harás. Parece que tu alfa se está revelando.
— Con esa novia... Yo estaría de huelga.
— Callate! Cheng Xiao es la más linda del colegio.
Liying se burló..— ¿Sabes que le dijo Mamá? Que no le pidió permiso para salir.
Yibo persiguió a su hermana. — ¿Dónde se ha visto? Disque alfa dominante y se deja mangonear por una omega enana recesiva.
— Chismosa... Al menos ella no es una beta corriente. — El alcanzó a jalar su cabello.
— Basta! Suelta a tu hermana ahora y tu jovencita... no te metas en la vida sentimental de tu hermano. ¿Escucharon?
—Mn.
— Me parece que no les quedo claro.
Su padre detuvo la lectura matutina de su periódico.
— Si señor y señora. — Asintieron ambos frenéticamente.