— ¿Puedes quedarte con ellos? Nuestros padres enfermaron. — Preguntó Cheng por teléfono... — Ni siquiera necesitas venir todo el tiempo. Sólo pasar y dejarlos salir un rato... Te prometo que...
— Lo haré.
— Yibo por favor... No tenemos a quién más decirle, eres... Espera, ¿Qué?
— Dije que lo haré. Me haré cargo de tus conejos.
Solo un par de horas pasaron hasta que el castaño llegara al apartamento donde vivian los hermano Jiang.
Ahí estaba, por absurdo que sonará... La familia del omega que amaba.
Su madre no tuvo que esforzarse para descubrir que ese era el humano del que Zhan le había hablado.
Para ese momento, Zhan estaba convencido de que se quedaría con su familia. Su madre le había dicho que debía aceptar que era un conejo y aún en su forma humana sería tratado como tal.
Apretando sus labios se acordaba de las palabras que habían salido de la boca de Cheng Xiao.
Cuando vio al castaño abriendo la reja del lugar en el que los tenían, el corazón de Zhan salió en alegría.
Pero ahí estaba su hermanita Ziyi, con la que su madre le había dicho que se tenía que aparear. Ella se acercó a el..él... Ziyi no hablaba. Era un conejo normal... El conejo no pudo evitar pensar que se iba a aburrir hasta la muerte...
Dos días había estado con "los suyos" y se sentía tan ajeno a pesar de haber aceptado su responsabilidad.
Yibo lo llamó para saludarle. Extendió su mano hacia el suelo y Zhan estuvo tan tentado a correr a ser acariciado.
Alfa...
Mi alfa...
Solo dio un par de pasos antes de que su madre lo empezará a empujar hacia el resto de la camada.
El castaño tragó entero.
¿Qué estaba pasando?
Una conejito traviesa.
Una muy pequeña... Llamada Mianmian rodeó al alfa y el conejo vio cómo Yibo le levantaba.
Aunque Mianmian era también sólo un animal... La imagen de que Yibo pudiera tener otra omega. Expandió el aroma abrió en el ambiente... Zhan saltó valiendose de sus patas dejando al resto de la camada atrás.
El se quedó en un rincón.
Responsabilidad.
Sus hermanos.
De repente se le ocurrió algo.
— Mamá. Yo estaba pensando... — Ella le miró de forma inquisitiva. — Como humano podría cuidar a mis hermanos mejor. Podría ver que no les falte nada e incluso si aprendi rápido podría trabajar para que no nos separen más... Con mi alfa...
La sangre de la madre hirvio. — ¿Qué alfa? Tu pareja es Ziyi. — La coneja mencionada se frotó coquetamente sobre la cabeza de Zhan... Como si entendiera. — Tu vida está aquí. —Yibo no estaba prestando atención, pero su alfa si... Y sin importar la especie gruñó y mostró sus colmillos a la pequeña conejita.
La mirada oscura se enfocó en ella...
— Yibo! — Zhan regañó para que bajara a su hermanita. El alfa la miraba muy mal... Temiendo por ella. Zhan mordió a su alfa.
Entonces... Yibo... La soltó.
Sus ojos se aguaron en el segundo siguiente. — Entiendo... Mi omeguita... Entiendo.
El se alejó... Pero Zhan pudo escuchar los murmuros... — Puedes quedarte con ellos Jie hasta que lleguen mis amigos.
Liying escuchó con preocupación. — ¿Que fue lo que pasó?
— El ya tomó su decisión.
— Está bien. Iré mañana... En la tarde. Después de terminar mis tareas.
Le bastó al conejo ver el rostro del alfa, entrando y saliendo de la habitación tan rápido para sentir que su corazón se partia en dos.