Se sentía tan sediento y tan acalorado, que fue a donde alguna vez había visto agua correr. Al menos lo intentó...
Xiao Zhan estaba asustado... Su corazón latía tan rápido y casi no podía respirar... En el espejo en la habitación de Yibo se detuvo solo un instante... Tenía cabello negro y era alto. Sus mejillas y su piel estaba sonrojada ya que todo su cuerpo no dejaba de transpirar agitado. El no sabía que hacer...
En el piso tomó las camisas de Yibo y se las restrego en la nariz y por su cuerpo. Sollozando...
Yibo estaba afuera, tratando se calmarse. Se había montado en su moto cuando escuchó el grito de Liying dentro de la casa. Fue estruendoso... Los supresores habían hecho su efecto muy rápido, así que corrió a ver que sucedía.
Liying solo vio una persona que jamás había visto en la habitación de su hermano... Urgando y enredandose en la ropa.
— ¿Qué pasa por que gritas así?
Liying salió corriendo sin detallar al joven desnudo. No quería ver ciertas cosas.
— Hay un omega... creo... En tu habitación.
— ¿Qué?
— Si yo vi... Era un omega masculino... Estaba reblujando tu ropa.
— Tiene que ser un pervertido. No hagas ruido. — Yibo estaba dispuesto a sacar al intruso a patadas. Liying iba detrás de el... Caminando de puntitas.
Yibo entró a la habitación... Infestada al olor del omega. Ahora todo parecía tener sentido y su mente concluyo que algún omega lo estaba acosando. No era raro, que se valieran de cualquier método para atrapar un alfa dominante como el... Pero esto era demasiado.
Sin embargo, no vio nada.
Levantó un poco la sábana después de ir recogiendo y tratando de limpiar la habitación con desinfectante para eliminar el aroma...
— No hay nadie. ¿Estás segura de lo que viste?
— Si. Tu mismo sentiste... Estaba infestado a ese aroma... Tu dijiste.
— Uhmm... Bien.
Zhan estaba debajo de la cama. Se había asustado tanto...Lo bueno era que momentáneamente su celo le había dado una pausa... Una que no duraría mucho... Menos cuando Yibo lo trataba así.
— Oh! ¿Te asustaron?
Se metió debajo de la cama con el animal que seguía envuelto en una fe sus camisas. Yibo no podía ver su rostro, solo que el animal se movía respirando bajo ella. — Ven acá mi conejito.
Sonrió y se metió debajo de la cama. Atrapandolo entre sus brazos...
Eso hizo a Zhan muy feliz.
Después del momento tan agitado. El coloco al conejo en la cama y después en su regazo...Durmió tan rápido... Pero a las 2 am, solo un par de horas después sintió que algo presionaba su pecho apenas podía respirar. Zhan se movía contra Yibo desesperado...El calor de nuevo apoderando de él mientras trataba de establecer más contacto con el alfa lo cual parecía calmar esa bola de fuego que ardía en su estómago.
Pronto Yibo abrió los ojos gruñendo por el aroma invadiendo sus fosas nasales. Entredormido restrego sus ojos...
— ¿Qué carajos?
Había un extraño en su cama!