Por varios meses el omega se estuvo adaptando. Mientras Yibo estudiaba aveces por largas horas. Zhan inicialmente se había quedado en casa, pero algo le inquietaba por lo que poco a poco comenzó a salir a la calle.
— Me preocupa mucho que te pierdas! ¿Dónde estabas?
La madre de Yibo estaba esperando cuando llegó ese día.
El omega sonrió nervioso. — Fui al parque. No hay manera que me pierda. — Mostró su celular. — Siempre lo sigo.
El pelinegro estaba cansado... En la casa todos hacían algo... Los padres de Yibo trabajaban. Yibo estudiaba y Liying hacia las dos cosas... Mientras que el no hacia nada.
Por lo que al día siguiente... Volvió a salir... No sabía como se conseguía trabajo, hasta que vio el aviso en un restaurante. El se emocionó tanto...
— Hola. Buenas tardes. Leí el anuncio que dice que hay trabajo.
El chico que atendía asintió acercándose a el y empezó a explicarle de que se trataba.
— ¿Tiene experiencia?
— ¿Experiencia?
— ¿Ha trabajado antes?
— No. Yo aprendo rápido. — Sonrió con optimismo.
El administrador iba a seguir preguntando a punto de descargarlo, pero entonces su jefe... El dueño del restaurante quien observó al omega desde que entró sonrió de forma maliciosa.
— ¿Qué le motiva a buscar trabajo?
El omega era muy honesto y espontáneo. — Yo necesito... Quiero dinero.
Sin muchas preguntas más el alfa lo escogió para realizar las labores como mesero. Ese mismo día le entrego un uniforme que a Zhan le quedaba muy apretado por lo que no le quitaba los ojos de encima.
— Necesitamos alguien que sea más diligente.
— Esto No tardará mucho.
— Siempre tienes que hacer eso. — Rodó sus ojos. — Follatelo pronto y consigue alguien que me ayude de verdad.
El dueño, Yang Yang, soltó una carcajada... Pronto.. Si seria pronto. Especialmente con ese omega contoneandose de un lado a otro, no podría aguantar mucho más.
Despues de una semana, cuando Zhan estaba organizando las bandejas, el alfa tomó a Zhan de la muñeca.
El omega se sorprendió.
— Ven sigueme... Quiero hablar contigo. En privado.
Instinto o lo que sea. El omega sintió que algo no iba bien. Cuando Yang Yang había estado vigilando, pensó que era por eso... Porque estaba aprendiendo. Aunque resultaba intimidante.
Nervioso. Zhan siguió camino a la oficina... Era tarde.
Miro su reloj. No quería que su alfa llegara a casa y no lo viera.
El alfa se sentó en su gran escritorio. Había cerrado la puerta tras el...
— Cuéntame más de ti. ¿Qué estás dispuesto a hacer por dinero?
Zhan sonrió. — Yo puedo hacer cualquier cosa. Y si no sé puedo aprender.
—¿ Para que quieres el dinero?
— Quiero tener cachorros...
Sus ojos brillaron con ilusión. — Bueno uno! Mi alfa dice que requieren mucho dinero y el está estudiando para ello. Pero yo le quiero ayudar.
— Así que ... ¿Harías lo que sea por ayudar a tu alfa?
El hombre se puso de pie acercándose a él.