Yibo estaba dormido. Sus padres habían estado cuidando de él... Durante la madrugada. Aún estando tranquilo, lo único que pidió fue que le permitieran tener su conejo alrededor.
Así que él alfa dormía con el conejo arrinconado contra su pecho, y su madre. Ya que solamente ella podría apartar a Yibo del conejo en caso de ser necesario.
Ella parpadeó. Estaba cansada.
Yibo abrió los ojos y aunque su cuerpo pesaba y su celo estaba siendo controlado por la medicina. El sostuvo al conejo entre sus brazos. Percibiendo sus feromonas.
Zhan había estado durmiendo y apenas entreabrió sus ojos...
Mi alfa.
Pegó su naricita a una de las mejillas de Yibo y así este le acunó contra el.
— Te extraño mucho. ¿Tu no quieres volver?. — Acarició suavemente el pelaje y suspiró mirando hacia el techo. Se sentía un poco mareado. — Te amo mi omeguita. — Susurró mientras sus ojos se cerraban otra vez.
La poca medicina que quedaba en el cuerpo del omega se terminó de disolver así como su efecto. Para cuando el alfa abrió los ojos, Zhan estaba tragando toda la erección.
El omega había despertado hambriento y podía sentir el aroma lujurioso de su alfa por lo que después de comer del plato de lechuga que le habían dejado en la mesa de noche. Se metió por debajo de las sábanas y bajó el resorte de la pijama de Yibo, lo suficiente para alcanzar a saborear. Hasta ahora Zhan recordó que este era el temible monstruo que había luchado con su humano semanas atrás.
Se sonrió sonrojado por lo tonto. — No te preocupes. — Acarició su falo y lo sostuvo rodeándolo con las dos manos. — Yo lo tengo controlado.
Cuando apretó, hizo que su alfa gruñera y finalmente abrió los ojos. Vio a la persona cubierta con la sábana encima de el...
—Mnngg.
Yibo levantó la sábana... Su omega tenia su falo en la boca... Tragandolo por completo.
Al encontrarse con la mirada de Yibo.. Sonrió tiernamente y sus ojos se pusieron llorosos. — Mi alfa! — Balanceo su cuerpo hacia adelante. — Mi alfa! ¿Aún me quieres?
— Te amo! — Los labios de ambos se encontraron. Yibo apretó del que estaba encima de él y con su desespero invadió la boca del omega. Succiónando su lengua. Haciendo que los choque de ambos sonará acuoso y ansioso. Zhan comenzó a balancearse. Yibo finalmente no estaba siendo para nada suave. Giró al omega contra la cama...
No se supo cuanto tiempo había estado la madre de Yibo después de despertarse, tampoco ninguno escuchó el azoton de la puerta.
Sus piernas juntas, y las de Yibo a cada lado a horcajadas sobre el. Zhan jadeo salivando la almohada mientras el gran falo se abría paso en medio de sus esponjosas nalgas. Yibo empezó a cabalgar sobre el... Tan rápido... Los golpes de sus pieles se escuchaban uno tras otro.
Zhan miró de reojo a su alfa... El parecía realmente un conejo tomandolo con tanto vigor. Empujó de nuevo varias veces golpeando el punto dulce y Zhan ensucio las sábanas. Yibo se relamio sus labios... y puso su mano hundiendo sus dedos en la boca del omega. Los gemidos salían un poco apagados. Zhan lamio los largos dedos antes de que él alfa levantara su cadera y le invitara a moverse alrededor, encajandose en su pene una y otra vez.
Zhan sintió el goteo. Yibo vio las gotas blancas escurriendose sobre su pene hacia afuera... Sin embargo seguía tan duro. Zhan sentía aquella zanahoria de carne perforando su piel.
El apretó... Y el alfa se corrió otra vez.
De nuevo el líquido tibio baño sus paredes internas.
En su deleite, el conejo sonrió... Se sentía tan satisfecho. Su alfa se había derramado en el...
Se giró y se ubico sobre el castaño, abrazándolo. Sosteniendolo tan fuerte... Tomando sus manos para acariciarse. — Mi alfa... Marcame para siempre.