El pelinegro forcejeo. — Suelteme. Suelteme! No me toque.
— Baobei!
— No... No!!! —
— Xiao Zhan...
Finalmente dejo de luchar y se giró mirando a su alfa desconcertado. Tomó su rostro incredulo como si tuviera dudas de que estuviera ahí. Cuando más lo necesitaba. — ¿Yibo?
— Si, mi amor... Soy yo ...¿Qué te...?
El se abrazo a su alfa tan fuerte apretandose contra su pecho y enterrando su pecho en el cuello. El alfa casi no podía respirar. — ¿Qué pasó? ¿Qué le hicieron a mi omeguita? ¿Por qué estás temblando?
Zhan sorbio evitando que las lágrimas se apoderaran de él. — Yo... Ah... Yibo... Yo cuando era conejo y la gente me acariciaba. No me molestaba... Se sentía bien... ¿Es normal que la gente te acaricié? ¿Soy una persona mala si no quiero que me acaricien otras personas?
La mirada de su alfa se volvió muy fea. Yibo no le contestó. —¿Quién te acarició?
— No te enojes.
— Voy a matarlo.
— No! ... No me dejes solo. — El omega lo sostuvo entre sus brazos. El castaño estaba tan agitado. Nunca lo vio tan enojado... Zhan pensó que tal vez era su culpa y ahora se arrepentía hasta que Yibo trató de respirar pausadamente al ver que estaba asustandolo. — Nadie! Nadie tiene porque tocarte. Los conejos se acarician, pero las personas no... No los desconocidos... Ni alguien que tu no quieras que lo haga.
— Ah...
— Zhan... ¿Me vas a contar que pasó?
El omega asintió con sus ojos llorosos. — Pero no te enojes.
— Incluso si lo hago. No será contigo... Hay gente muy mala que quiere aprovecharse de la gente buena y eso enoja a cualquiera, ¿Entiendes?.
El omega le contestó con un mohín muy bonito que terminó de bajar la guardia del alfa aunque aún tenia deseos de estrangular a esa persona... Pero Zhan lo necesitaba... Le dio un beso en sus esponjosos labios.
— Vamos a comer un helado y me cuentas, ¿Si?Caminando de la mano, los dos fueron sintiéndose más relajados y tranquilos hasta llegar al centro comercial. Zhan quería un helado con sabor a zanahoria, pero le dijeron que no tenían ese sabor. Se sintió decepcionado.
— Yo tengo un helado de zanahoria para ti.
— ¿si? ¿En donde?
— En la casa te lo doy. —
Yibo se burló. Zhan asintió desprevenido y después algo se atravesó por su mente. — Otra vez estás bromeando... Yo quería un helado de verdad.
— Jajaja. Dijiste que era tu favorito.
El otro se mordió su labio inferior y se sonrojó. Y aún sonrojado y con sus mejillas hirviendo... Contestó. — Pues... También hay uno del sabor que te gusta.
Yibo inicialmente se sorprendió. Robó un beso de su mejilla. — Como aprende de rápido mi omeguita.
Cuando ya habían terminado el helado entonces Zhan empezó a contar, lo que había hecho y como había llegado justo a tiempo... Mientras tanto caminaban de regreso.
— ¿A propósito tu no estabas estudiando?
— Zhan... Zhan... ¿Qué clase de alfa sería si no supiera que algo está mal con mi omeguita?
Zhan entrecerró sus ojos con una bonita sonrisa. Mientras su estómago se revolvía viendo el rostro de su alfa.
— Lo siento. Creo ... Ahora creo que debí decirte.
— Si debiste. — Yibo metió la llave de la casa para abrir mientras decia. — Somos una pareja... Debes contar conmigo... — Pinchó su mejilla suavemente y suspiró. — Acerca de los cachorros. Primero me quiero casar.
El omega se sintió aterrorizado apartándose de él. — No!!! Eso no!!! Por favor!!!