Sus movimientos eran lentos y pausados, embistiéndola lentamente, sin querer dañarla de algún modo. Ella estaba debajo de el, mordiéndose el labio inferior, levantando ambos brazos y apretando sus puños mientras trataba de contener su respiración.
El Blaziken trataba de recorrer con sus garras cada rincón del recién evolucionado cuerpo de la Delphox. Cada vez que no la sostenía de la cintura aprovechaba para explorar sus nuevas curvas, muslos y ese suave pelaje que sobresalía de sus orejas que tanto le gustaba.
—¿Qué piensas?— Preguntó, sin dejar de ver sus preciosos ojos carmesí.
—Supongo...— Hizo una pausa al momento de querer continuar, parecía que pese a su poca experiencia ya se estaba acostumbrando a la sensación— Si... sigue así...— Dijo con dificultad, cerrando sus ojos
—¿Te gusta?— Volvió a preguntar, aumentando la velocidad de sus embestidas
Los ojos de la Delphox se abrieron, realmente parecían dos bellos rubíes radiantes y de la mas alta pureza. De vez en cuando daba pequeños gemidos que se escapaban de sus labios, por la forma en la que respiraba con pesadez y disminuía la fuerza con la que apretaba sus puños parecía que le estaba gustando.
—Si, está bien— Dijo ella en tono dulce, tratando de esbozar una sonrisa, aunque parecía más bien fosada.
La sensación de hacer esto con ella era algo que no podía describir, era completamente diferente a cuando lo hacia con otras chicas.
Con ella era mucho más dócil, no por la poca experiencia de la Delphox, sino porque había algo en ella que le generaba un placer único e incomparable, algo que le quería hacer disfrutar cada pequeño instante que podía compartir a su lado.
Trató de averiguar que era ese "algo" ¿Era acaso el saber que había sido el primer hombre en su vida? No, no podía ser eso, también había sido el primero de muchas otras, pero ninguna de ellas le hacia sentir como esta Delphox.
Acaso... ¿Era acaso que ella...? En todo el tiempo que había salido con ella no había estado con ninguna otra, no tenia ojos para otras, muchas de ellas se enojaron con el y le dejaron de hablar, pero esto no le importó en lo absoluto.
—"Cuando una mujer hace que no quieras estar con ninguna otra... es porque ahí es"— Recordó las palabras de su padre
Ahí lo comprendió por fin, ella era... ella era la persona con la que quería compartir sus últimos momentos, con la que formaría una familia y con la que despertaría a su lado cada mañana, ella era... el amor de su vida.
Sonrió feliz. Invadido por un indescriptible placer solo podía concentrarse en ella, en cada sensación y sentimiento que le provocaba hacerle el amor.
Sus ojos solo miraban una parte de ella en cuestión. Como si estuviera hipnotizado seguía con la mirada sus pechos, que rebotaban con cada embestida. Le parecían lindos, especialmente por como estos habían crecido tras su reciente evolución.
Completamente perdido ante el hermoso vaivén que presenciaba sentía que quería tocarlos. No lo pensó dos veces. Rápidamente dejó de cogerla de la cintura y suavemente acercó una de sus garras a los pechos de la Delphox.
Esto fue un grave error, al mínimo contacto perdió completamente la concentración y compostura. Su reacción fue rápida sin embargo, de no haber sido por esta le habría acabado dentro.
—T-¿Terminaste?— Preguntó ella, con un notable tono de decepción
Su rostro reflejaba lo mismo, sus ojos inundados de tristeza y sus labios esbozando una mueca de desilusión delataban sus emociones. Esa reacción suya le partió el corazón en mil pedazos.
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El sobrino de la Delphox cuya hija se quitó la life.
FanfikceAdam es un Incineroar desdichado que, por diversos motivos, llega a un poblado para Pokémon tipo Fuego no muy cerca ni muy lejos de la civilización, con el propósito de vivir un tiempo junto a una tía que no ve desde hace años. No obstante, el suici...