Capítulo 27: Hora de sentar cabeza.

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...Un mes atrás...

Adrien

Es mi cumpleaños y estoy en una estúpida fiesta donde no están mis amigos, los cuales mi madre me aseguro que los había invitado, pero Luca me confirmo que no fue así.

No conozco a la mitad de las personas aquí. Solo quiero ir a buscar a Lois e irme lejos con ella. Lo único que me reconforta es que mañana vamos a salir fuera de la ciudad.

—¿En qué piensas hijo? — interrumpe mi madre.

—Sabes que no quiero estar aquí —respondí—además ¿porque tenía que venir mi padre?, creí que lo veríamos la próxima semana, para firmar los papeles.

—Sí, pero él quería estar contigo—bufe, mientras mi madre me mira con desaprobación—sabes que solo viene una vez al año y tenemos que hablar de la escuela. Sabías que esto pasaría, cuando cumplieras 25.

Una de las cláusulas del divorcio decía que, al cumplir 25, se me hará entrega de la escuela como único dueño. El día que mis padres decidieron terminar con su matrimonio, acordaron que mi madre se quedaría con ella y la casa. Mientras que mi padre se quedó el resto de sus negocios. Por motivos que todavía no entiendo del todo, la escuela quedaría a mi nombre y la casa a nombre de mi hermana. A ella se le hizo el traspaso cuando cumplió 18 años, pero hablo con los abogados y dejo a mi madre como única dueña.

—Vamos está por allá — indico mi madre.

Caminamos hacia él, Adrien Primero Walsh. Heredé su porte, también sus ojos, tiene más arrugas que la última vez que lo vi y canas, pero se disimulan bien con su cabellera rubia. Mientras antes hable con él, antes me puedo ir. Está haciéndose el gracioso con los padres de Camille.

—Felicidades hijo— dice mi padre, golpeando mi hombro.

—Gracias ¿podemos hablar?

— Sí, de hecho, queremos hablar contigo —Miro con una sonrisa a los padres de Camille.

Mi amiga se une a nosotros sonriendo como una niña pequeña con juguete nuevo, después de haber estado posteando fotos y videos de mi fiesta de por redes sociales.

—Bien ya estamos todos— comenta mi madre.

Mi padre como siempre infla su pecho con para tomar la palabra, normalmente lo hace cuando va hacer un anuncio importante o quiere fanfarronear con sus amigos ricos. Todos están expectantes a sus palabras.

—Ahora que serás dueño de la escuela ya es hora de que sientes cabeza y creemos que Camille es la mejor opción para ti.

Todos me observan con una gran sonrisa esperando que diga algo, mi cabeza comenzó a dar vueltas, por un momento creó que estoy soñando.

—¿Acaso creen que estamos en otro país? — respondí finalmente.

Recuerdo la historia de Salín que Lois ama contarme. ¡Lois!, mi corazón casi se me sale, al pensar en ella y como le voy a explicar toda esta locura.

—Hijo, es parte del trato— escucho decir a mi madre en mi oído.

Esto debe ser una maldita broma.

Palpe mis bolsillos en busca de mi celular, no lo tenía conmigo. Este es un buen momento para salir de aquí — Permiso olvide mi celular, hablamos después. — Corrí fuera de ese lugar directo hacia mi auto, tampoco está y necesito hablar con alguien.

No puedo ir a la casa de Luca ya que salió con Lili, Anahí debe estar con Emma y Lois esta con Charlotte, no debo hablar de esto con ella todavía. Hasta saber cómo lo resolveré, lo mejor es ir por mi celular a casa y llamar a mi amigo.

The last condition (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora