Capítulo 22: Toda la verdad.

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...Siente años atrás...

Estoy en mi último año en la escuela técnica, tengo 18 años. No soy la chica más popular, mi vida gira entorno a mis estudios, mis amigos y mi familia. Aunque las cosas no están muy bien con estos últimos, discuto mucho con mis padres, creo que están muy abrumados con una adolecente y un niño de dos años. Se molestan conmigo, por no querer formar parte de su imagen de familia feliz que montan para mi pequeño hermano.

Ha sido difícil verlos estar en familia, después que me trajeron a otra ciudad, mientras ellos se dedicaban a trabajar, yo pasaba de estar en la escuela a estar todas las tardes sola en casa. La excusa de que, "trabajamos para que no te falte nada", daña mucho más cuando lo que realmente te falta, es un poco de tiempo y atención.

—¿Sabes Sofía? no puedo creer que falte tan poco para terminar la escuela y yo no haya tenido novio. — le comento a mi mejor amiga.

—estás sola porque quieres, sé que hablas mucho con Diego, por Facebook. — respondió mientras hacíamos la tarea.

Mi querido Diego. hablo con él todas las tardes por Facebook desde hace un par de semanas. Él también va en último año, pero está en mecánica y yo en contabilidad. Nunca nos juntamos en la escuela, ya que siempre está rodeado de sus amigos.

—¿Sabes qué? tienes razón voy hablar con él en recreo.

Llegó la hora de almorzar y me acerque muy decidida a hablar con el chico que me gustaba. Él estaba parado en su casillero, dude un momento antes de hablarle, pero estoy segura de que yo también le gusto a él.

—Hola, Digo— digo muy nerviosa— ¿podemos hablar?

Él se voltio a verme, regalándome una sonrisa tan encantadora, que me saca un suspiro; cerró su casillero.

—Sí, pero no aquí —respondió.

Me hizo seguirlo atrás de las gradas, los nervios fueron en aumento, pero estoy decidida a averiguar qué era lo que había entre nosotros.

—Es extraño, hablar aquí —dije con una risa, nerviosa.

Estamos detrás de las gradas, él estaba muy cerca mío tomando mi mano. Yo estoy tan nerviosa, nunca había estado a solas con ningún chico. Diego tiene unos ojos cafés como los míos, su piel es morena y tiene un físico muy atlético.

—Eso es porque tú no quieres, hermosa— comenta con una voz coqueta —siempre estás con tu amiga.

Se acercó a mí y me beso, no lo pensé demasiado, respondí al beso con un poco de inseguridad y algo de torpeza. Lo alejé muy despacio para poder hablar.

—De eso que-ría hablar, ¿qué se supone que es esto? —dije con la voz cortada.

Él alejó un poco su rostro del mío, para mirarme a los ojos, me tenía acorralada entre sus brazos. Sentí, que mi corazón se iba a salir por mi garganta.

—Esto será lo que tú quieras, pero debe ser un secreto. Mi ex, todavía me molesta y no quiero que tú tengas problemas por su culpa. — dijo muy serio. Su mano acaricia mi mejilla con delicadeza.

Ella es muy conocida por todo el colegio, tiene fama de problemática. Su primo es mi amigo, así que se dé muy buena fuente, de todas sus peleas.

No puse ninguna objeción a su petición. Me volvió a besar, mientras subía la mano por mi pierna. Se la detuve y lo alejé un poco de mí, no quería quedar como una santurrona, pero sus caricias me hacían sentir incómoda. Por suerte sonó el timbre, le di una gran sonrisa.

The last condition (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora