—Gracias Yen por escucharme— le digo, mientras caminábamos por el parque.
— entonces, ¿te gusta? —preguntó la asiática.
Pensé un momento, ¿Por qué lo había dejado dormir conmigo? No tenía una respuesta clara después de todo los que habíamos hablado.
—no, es más bien un amigo.
Ella asintió —si eso es lo que sientes, ¿Por qué me lo cuentas como un secreto?
Me aferré a su brazo mientras caminábamos en direcciona a mi trabajo, pensando en sus palabras —Las chicas no lo entienden, no les agrada Adrien y complican las cosas, no creen que podemos ser solo amigos y ellas piensan que romperá mi corazón.
— ¿Y cómo sabes que no será así?
Se paró en seco, se giró a mirarme, algo seria o más bien preocupada
La observe, por un momento —Porque ya no tengo corazón— argumente riendo.
Al parecer, mis palabras no le causaron mucha gracia, pero no me dijo nada, solo siguió caminando, con nuestros brazos entrelazados, caminamos hasta mi trabajo, en silencio.
—Gracias por acompañarme— me despido de ella con un abrazo.
Entre al pequeño supermercado, comencé mi rutina de todos los días. Me gusta mi trabajo, sobre todo cuando Salín hablaba por teléfono, no sé de qué país era, pero siempre habla como si estuviera enojado lo cual me causa mucha gracia.
—Hola— saluda Hazal, esposa de Salín
—Hola— respondí con una sonrisa. Ella sacó su teléfono y dijo algo al traductor en su idioma nativo.
—¿pasa algo malo? — reprodujo en español.
Tome su celular y hable en español—nada malo, gracias por preguntar.
Su celular sonó con una serie de palabras que asumí era mi respuesta en su idioma. Ella asintió con una sonrisa
— Esta vida es muy corta, como para vivir sin amor— dice la voz que traduce cada palabra a mi idioma nativo.
Asentí un poco confundida, mientras la vi alejarse. Pensé en nuestro encuentro durante todo mi turno. ¿Por qué habrá dicho eso?, tal vez fue un problema del traductor, pensé para poder tranquilizar mis ideas que no paraban de dar vuelta por mi cabeza.
Ya terminando mi turno, salí del local y caminé hasta un bar y me senté a tomar una cerveza, necesito tomarme un tiempo para pensar y meditar los últimos meses. Estamos recién en el mes de marzo y todo ha sido un torbellino, me gusta hablar con Adrien y estar a solas con él fue increíble me hizo sentir menos sola, pero no quiero problemas.
—¿Por qué tan sola? — pregunta una voz masculina junto a la barra.
—Pensando—respondí sin mirar.
—Que aburrida,
Me voltee a verlo, era un tipo rubio, de ojos verdes de casi dos metros. El está bebiendo una cerveza, muy calmado.
Le sonreí —lamento no poder ser tú... — saqué mi celular para usar el traductor —bufón personal.
—Estas perdonada— respondió con indiferencia.
Baje la cabeza, apoyándola en el mesón. Me concentre en la música, de fondo, muy alegre típica del sector.
—¿Terminaste tu drama? — pregunto en un tono burlón.
Sonreí, por un momento me imaginé cómo un personaje de las novelas coreanas, sufriendo con música triste de fondo y bebiendo soju.
Pude haber ignorado la hostilidad del desconocido a mi lado, pero en el momento que comenzó a explicar, porque no entendía como los extranjeros, teniendo tanto por hacer en la ciudad, preferimos encerrarnos en un bar. Me hizo levantar mi cabeza.
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The last condition (En Corrección)
Romanzi rosa / ChickLitUna latina en Europa, que esta dispuesta a vivir todas las aventuras que el viejo continente tenga para ofrecerle y para este viaje empaco lo mas importante para ella, sus "condiciones", estas le permiten proteger su corazón y no dejará que nadie la...