Decimocuarta Carta:

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Querido, Caleb.
Un chaleco me puse
Y salí a buscarte
Te encontre pisoteando tu cigarrillo
Tus ojos azules, más azules que nunca
Y creo ver a una lagrima escapar de ellos
Inyectados de sangre
Rojos e irreconocibles
Tan fragil y tan sereno a la vez.
Caleb, dejame ayudarte, quiero ayudarte.

Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora