Querido, Caleb:
Espero que estes bien
Hoy me levante con ganas de olvidar todo lo que paso ayer
Tal vez tu te sientas así también
No somos nada
Nada más que un par de desconocidos con algunos privilegios en común
Aun así tú
No olvidas que
Dormimos en camas separadas
Casas alejadas
Y lo que eran ventanas
A la vista de cualquiera cercanas
Hoy no son más que un trozo de cristal enmarcado
Que desaparece a la distancia
De nuestros corazones y pensamientos
Solo intentamos
Cometemos mil y un fracasos
Erramos
Y vaya que erramos
En amarnos con demasiada locura
En un silencio que se vuelve ensordecedor
Podría irme, tomar el camino que a la larga resulte equivocado
Con la certeza de que siempre regresaré
Volveré
Porque sé que donde tú no estés
No es un hogar, y no lo será jamás Caleb
Deberías quererme
Deberías saber que yo más que nada puedo entenderte
Puedo salvarte
Aunque no me quieras revelar tus magníficos secretos, podría descubrirte
Trazar millones de mapas y navegar entre tus lagunas
Construir un cohete que nos lleve directo a la luna
Donde el tú y yo existiría sin discriminación alguna
Solo no quiero que alguien más le ponga limite a tus divagaciones
No quiero que invites a alguien más a desmantelar tus temores
Puede que te extrañe
Que piense en ti, cada madrugada que no vienes a buscarme
Pero sé que escuchas mi llanto inaudible a los oídos humanos
No le hagas caso
El llanto, casi tanto como yo, estamos equivocados
A estas alturas probablemente aún no estés preparado
Para escucharlo
Para escuchar un grito que no es el tuyo
Un silencio que no sea el que tu cuerpo te pide
Las voces que no te pertenecen
Si no esas que a mi garganta enloquecen
Hace un tanto escribí sobre sofocar mi torrente sanguíneo
Hasta ahora descubrí el significado de ello
Es como ver la sangre caer
Mientras todos a tu alrededor te compran el "estoy bien"
Pero no estoy bien
Es más, esta carta fue para olvidar
Olvidar que me intoxicas tal como sustancia dañina
Igual espero que estés bien [tú]
Una cosa más
Sal y busca tu valentía
También podrías traer la mía
No he podido matarme todavía
Eso significaría que tu igual morirías
Y no querría que fueses mi victima
Como ya dije
No tengo valentía
ESTÁS LEYENDO
Dear, Caleb.
Ficción GeneralQuerido, Caleb. Así empiezan las cartas, para el chico de los cigarrillos, ese que rara vez sonreía, el que a un lado de mi ventana siempre se encontraba, pero en algunas madrugadas escapaba de casa, por supuesto, yo rara vez sabía donde estaba, y m...