Querido, Caleb:
A veces me pierdo, mi vista se nubla y mis recuerdos me atraviesan la cara
Siento caer, sollozo y con la mirada en la tierra, sangro y dejo salir mi llanto
Puedo sentir tus besos, tus abrazos, tratas de hacer poesía improvisada en plena madrugada
Y eso no me llena, me quiebra, porque en algún momento tu también te cansaras
Me doy vuelta y nadie me sigue, ¿a cuantos les importe alguna misera vez?
Te amo
Me voy, nos iremos
La piel se me desintegra, voy a terminar muerta, sin haber cumplido una de tus malditas promesas
¡ME VES!
Todos me ven, pero nadie se acerca, nadie pregunta
Les asusta
Escucho golpes
Me levanto con fuerza, consciente de que puede ser mi fin, sin ti
Solo huyes con la aguja y el hilo que tanto necesito
Las pulsaciones retumban y colapsan mi sistema auditivo
Logro aferrarme a las maletas, llenas de alucinaciones y esperanzas
Tanto así que espacio para ropa no llego a quedar
Escribo, escribo una disculpa para mamá que quizá no me supo amar
Deslizo mis dedos en mi incolora habitación, manchada de rojo por todos lados esta
Mis rodillas al suelo esperando perdón
Resignación
La tinta se escurre, símbolo de 'ya se acabo'
Arrastrándome hacia la puerta, haciendo el esfuerzo de toda una vida eterna
Recuerdo las cartas que jamás respondiste
Y las cosas que no me dijiste
De reojo diviso tu casa
Y ya no veo más nada
Solo escucho, escucho los aviones aterrizar
Las personas corriendo y caminando de aquí para allá
Y tú, tú no estas
Te busco, te grito, lanzo mi ultimo aliento
Hasta que me obligan a abordar
¿Donde estas?
Caleb...
Todo es oscuridad
Ya no me puedo regresar
¿Que nos paso?
¿Que te sucedió?
¿Dejo de llamarte mi amor?
Tengo una extraña sensación de que algo ocurrió
Sigo temblando, me carcome la soledad
Y es cuando el avión ignorando mi llanto desconsolador
Despego.
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Dear, Caleb.
General FictionQuerido, Caleb. Así empiezan las cartas, para el chico de los cigarrillos, ese que rara vez sonreía, el que a un lado de mi ventana siempre se encontraba, pero en algunas madrugadas escapaba de casa, por supuesto, yo rara vez sabía donde estaba, y m...
