Dear, Caleb.

Escapar, es sinónimo de huir.

Es una ciudad, pero no es porque todos conformen una sola sociedad

Allí reina la maldad

La inseguridad

Y por supuesto la excentricidad

Ellos se buscan, aunque no se encuentran

El dibuja

Ella escribe

Tienen tanto en común

Casi tanto que el acantilado que los separa parece un simple bache en el camino

Ella esta dispuesta a ser todo lo que él le pida, esta ¿cegada?

Él no esta tan seguro de arrastrarla a su corriente, sabe que no piensa con claridad la mayoría del tiempo, podría matarla sin darse cuenta, cuando nublada este su conciencia o peor, amarla con demasiada intensidad

No posee elaboradas rimas, pero al menos intenta

Arruinarlo una vez más

—Pensé que no vendrías.-Dice sonriendo cabizbajo

—No me lo perdería por nada del mundo.

—Pero... ¿Que hay de tu madre?.-Pregunta él

 —Estará bien sin mí, no me necesita en lo absoluto.

—Esta bien, te creo. Es que, no lo sé Nevae, no podemos escapar todavía.

 —Escapar es sinónimo de huir.

—Tengo que resolver unos pendientes, después, dominaremos el mundo.

—Yo...entiendo, ¿tienes algún plan?

 —Claro que lo tengo, pero dicen que para que las cosas salgan bien hay que mantenerlas en secreto.

Ella sonríe

—Todos tenemos secretos, dime los tuyos y prometo que los guardo.

 —Buena suerte con eso.

—Pensé que no hablaría más contigo.

Él se vuelve hacia ella.

—No podrás deshacerte de mí tan fácil.

Ella recuerda la conversación con su madre.

Caleb, no se olvida tan fácil.

—Lo sé, tampoco es que quisiera dejarte ir.

—Nevae ¿Que ves en mí? digo, solo te he traído problemas.

—Veo lo que es tocar fondo y saber que no estoy sola, las cosas van horribles ¿si? pero no has soltado mi mano, diablos, no sé nada del amor pero sé que asesinaría por mirar cada mañana esos ojos tuyos, y puede ser que no tengo ni la menor idea de que veo en ti, solo no quiero dejar de mirarte.

 —Tuve que pasar tantas noches despierto, callándome a mi mismo tantas veces, para ignorar el hecho de que solo puedo elegirte a ti, y vaya, he sido un completo idiota pero cualquiera que estuviese en su sano juicio se hubiera vuelto loco por ti lástima que mi cordura se fue de la mano con mi orgullo.

 —¿Por que no me habías dicho nada antes?

 —¿Por qué? Es simple, no estas lista para lanzarte de lleno a "esto", no quiero dañarte Nevae.

 —Te equivocas, estoy más que lista, de verdad quiero esto.

  —No podemos, no aún, lo siento.

Ella se levanta

 —Bien, si así lo quieres, cuando tú estés listo, búscame, quizá ya no este.

La ve marchar y no la sigue

Porque en el fondo sabe que ha hecho lo correcto.