Trigésima primera carta:

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Por él.

Querido, Caleb:

Una camisa de fuerza

Vendas que adornan tu anatomía

Pero no llegan lo suficiente, no cubren tus heridas internas

Usualmente la usas en las madrugadas

No quieren que salgas

Estoy escribiendo desde mi ventana

Así puedo tener una mejor vista de ti

Cuidarte aunque me quieras (lejos)

"¿Tú también crees que estoy desorientado mentalmente?"

"En lo absoluto, Caleb, las mejores personas lo están ¿no?"

Sonreíste

"Escribes demasiado ¿no lo crees?"

"Quiero olvidar mi realidad un tanto, así como cuando tu sueles fumar."

Me miraste pensativo, y asentiste.

"Siento que me caeré de esta ventana en algún momento, maldigo a la camisa de fuerza, lo siento es que quizá escuches todo desde allí, siento que puedo confiar en ti, Nevae."

No hace falta decir que estas tan ocupado siendo tu mismo por primera vez que no te diste cuenta que mis cartas reposan a tu lado.

"Yo...sí, vagamente escucho la mayoría de las cosas que suelen sucederte pero no me entrometeré a menos que quieras que lo haga."

"Quiero que lo hagas, ayúdame a salir de casa después de todo, te he besado."

"Quizá lo haga."

"Es que lejos de tenerte allí, todo esto es una basura, es lo que todos me han dicho desde un principio, te sentirás mejor, no te preocupes, todo pasara, todo estará bien ¡No es cierto! "

"Ya lo creo.."

"Y lo que lo hace peor es que nadie en el mundo lo dice."

Escribo todo lo que dices

Quiero que lo recuerdes

Me gusta entrometerme Caleb

Más si me lo pides

Hasta hace poco, desee olvidarte

No voy a necesitarte

¿Ves lo que causas?

"Debo irme, te regale mis 20 minutos de cordura al día."

"Es de madrugada, Caleb."

"Lo sé, hasta pronto Nevae."

"Hasta pronto Caleb"

Que equivocada estaba

Quien lo diría

Esa era la última vez que contigo

Una conversación entablaría.


Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora