Vigésima octava carta:

180 25 0
                                    

Querido, Caleb:

Tu padre y tu hermana 

Te han traído finalmente a casa

Una camisa extraña y de color blanco llevabas

Ella también ha venido, y trajo consigo muchos medicamentos

Caleb, he dejado la siguiente carta en tu abierta ventana

Solo te pido que no vuelvas a cierrar la persiana

A veces cuando estoy frustrada, me gusta escucharte tocar guitarra

Pero han pasado horas donde duermes demasiado como para buscarla



Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora