Trigésima tercera carta:

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Querido, Caleb:

Es de madrugada

Hace tan solo horas que no se de ti

Desde que huiste de esa manera tan ruin

Espero que te acuerdes de mí

Y de cuanto querías que me entrometiera

Todas mis cartas están timbradas

No quería que te perdieras 

Leyéndolas

Resalto que tocaron mi puerta

Y dejaron un informe medico

Con tu nombre en el, por supuesto

No lo leeré

Sé que no querías que lo hiciese

No te lo mereces

¿Quien lo habrá dejado?

¿Quien querría destruirte a ti?

Al fin y al cabo

A nadie le haces daño...




Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora