Epílogo.

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Queridos, mami y papi.

—No, así no podemos empezar una carta tonto ¿Cuántos años tienes Dray? ¿Y cuántos años tengo yo? —inquirió la pequeña niña de ojos azules.

—Cinco y tú seis, y si yo quiero poner mami y papi lo pongo y ya, tonta. —contesto de forma burlona el igualmente pequeño Dray.

—No no, somos niños grandes, así que escribe—ordenó la niña a su hermano.

—Está bien—aceptó Dray, a regañadientes.

Queridos mamá y papá.

—Suena muy aburrido Cailey —exclamó Dray a su hermana mayor.

— ¡Continua! —Cailey hizo un muy adorable puchero.

—Bien, bien, eres una perdedora ¿sabes? Me van a abrazar es a mí por escribir la carta—sonrío Dray.

Cailey le saca la lengua a su hermano menor en forma de desapruebo, acomoda su largo cabello castaño, y adopta una forma autoritaria ya que ella es la que tuvo la iniciativa de la carta.

A sus cortos seis años, ha crecido en un hogar muy amoroso y lleno de aventuras con sus padres, quienes cada noche o a veces en las tardes familiares relatan la historia de dos jóvenes, una guerrera de cabello rosa y el príncipe de los mares se querían mucho pero debían luchar contra piratas, e infinidades de injusticias para permanecer juntos, es por ello que está fresca tarde de verano, convenció a su hermano para que la ayudara en esta digna tarea, donde recompensarán a sus padres.

—Queridos mamá y papá...—bosteza Dray.

—Sí sí—continua Cailey.

Queridos mamá y papá, queremos darle las gracias primero por quererme mucho a mí y nada más que a mí.

—Hey, esto está mal, porqué no te quieren nada más a ti, sabes que soy su hijo preferido—dice Dray.

—Puedes escribir y callarte de una buena vez—responde Cailey, mientras pone sus pequeñas manos en su cabeza, señal de estrés.

Querido mamá y papá, queremos darle las gracias primero por quererme a mí y a Dray, y también por ser increíbles, por estar ahí para ambos y levantarnos cada vez que caemos en el parque, gracias por las miles de historias cada noche antes de dormir, mamá y papá, sabemos que la guerrera de cabello rosa y el príncipe de los mares estarían contentos de que nosotros les entreguemos el premio a héroes del año, aun estamos coloreando el dibujo, gracias por los viajes, no saben cuánto amamos la nieve, y las miles de fotos por todas partes, mami sigue escribiendo historias y papi por favor sigue tocando la guitarra para soñar con esos días donde nos vamos de campamento, los queremos tanto, gracias por el amor, la valentía y los piratas.

Sus hijos, Cailey y Dray  

Nevae sostiene entre sus manos la hoja de papel que han dejado en su refrigerador, escrita con un bonito creyon azul oscuro, no puede evitar sonreír y secar un poco las lágrimas que han salido sin avisar, sin más que decir pronuncia el nombre de su marido.

—Caleb, ¿Puedes venir un segundo cariño? —dice Nevae con un hilo de voz

Nevae se gira de manera que se apoya de la encimera de la cocina, limpia sus ojos y aclara su garganta, toma la carta otra vez y es que Caleb aparece para quedar un poco sorprendido con la conmovida mirada de ella.

—Mira esto— dice, mientras le extiende la carta.

Caleb sonríe, y abraza muy fuerte a Nevae quien ahora sí suelta las lágrimas de felicidad que la invaden.

—Te amo tanto querido Caleb—expresa Nevae, abrazando a su esposo. —Busquemos a los niños—sonríe, se le veía tan feliz.

En la habitación de los pequeños

Cailey está sentada en la cama, muy centrada en un cuaderno de muchos colores, y Dray se encuentra en el suelo jugando con los bloques Lego, de inmediato la de ojos azules le sonríe a sus padres, mientras que el menor aun no se ha dado cuenta de su presencia.

—Niños vengan aquí, su madre y yo queremos mostrarles algo—sonríe Caleb de forma cómplice.

Nevae toma a sus hijos entre brazos y luego de abrazarlos como se debe, sonríe de vuelta a Caleb, quien tiene una fotografía en sus manos.

Cailey es la primera en extender su brazo para tomarla, y Dray solo mira a su hermana con curiosidad.

— Mami... ¿eres tú? —pregunta la niña.

Nevae acomoda su ahora cabello rubio, y asiente algo nostálgica a su hija.

—Mami, pero tu cabello es rosa, igual que el de la guerrera de los cuentos—dice Dray

Y es allí que ambos hermanos se miran entre sí, y sin decir palabra abrazan a sus padres, entienden, a veces pensamos que los niños solo por ser niños se remiten a decir lo que les decimos y en parte es cierto, pero ellos entienden, y ven el mundo como todos.

Cailey y Dray crecieron escuchando nada más y nada menos que la historia de sus padres, claro que a veces los dos ayudaron a crear los villanos con los que la guerrera y el príncipe se enfrentarían, añadiendo espadas y olvidar zapatillas en las escaleras del castillo a medianoche con las que también divierten a Myles cuando viene de visita con la hermana de Caleb.

Nunca han regresado a aquella ciudad, esa en la que todo comenzó, aunque si se han visto tentados a volver, mientras ven a sus hijos jugar, recuerdan y sus labios no dicen nada solo con mirarse saben de dónde vienen y a donde van.

Nevae publicó varias obras literarias, entre ellas una en especial, una que nació desde lo más profundo de su corazón, más que pensamientos desafiantes de una jovencita de cabellos multicolor, es y será la más hermosa representación del amor en todas sus facetas, se ha convertido en el libro favorito de muchos alrededor del mundo, ella se lo envió a su madre, con una dedicatoria que jamás olvidará, siempre hay quien pregunta en quien se inspiro para escribir esa magnífico libro, y por supuesto ¿es una vivencia de la autora? ella sonríe pero jamás responde, puesto que declara que es algo que primero debe revelarle a sus hijos, y ahora que los pequeños lo saben ¿Quién quita que Nevae lo cuente por fin?

"Por estas cartas sin respuesta"

En su dedicatoria posee eso, que tatuado en su cuerpo no está, de alguna forma es como si lo estuviese. "Por hoy, por ayer, por lo que juré, por lo que fue, por ella, por él, destinados o no, unidos por el dolor."

Caleb por su parte, se enorgullece a escondidas de el éxito de la historia de la que fue participe, y a veces a él también le preguntan sobre el libro ¿pero quién sospecharía de que fuese el protagonista? Puede ser que lo aseguren por ahí, pero no es más que un rumor de pasillo, él está feliz y estará encantado de contarles a sus hijos en un futuro su punto de vista, y mientras eso sucede, seguirá con su cámara todas partes, captando la belleza humana, de vez en cuando Nevae escribe pequeños poemas en las fotos.

Y el libro termina, para tristeza de todos los que desearon que jamás tuviese final, y para ellos en su mente siempre quedará, esos personajes siguen luchando, con el día a día, siguen siendo jóvenes e impredecibles, ese libro está en la encimera de la cocina del apartamento y en la última página, con un resaltador rosado se puede leer.

Preguntaste por que lo hice, y te respondí que todo por amor.

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                                                                         FIN.



Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora