Trigésima carta:

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Querido, Caleb:

Como historia cliché

Donde vas y vienes, a tu antojo al parecer

Vives como debes merecer

Así eres, libre ¿como puedo yo aspirar cambiarte?

Estas aquí o allá

O a veces ¡No estas!

Solo puedo caminar por todo mi  corteza craneal

Buscando respuestas

O imaginándolas, lo que mejor me de calma

¿Que tiene ella?

Que no te pueda dar yo

¿Es que te dirá frases extrañas cuando de la nada empiezas a llorar?

¿Es que te leerá poemas de páginas recicladas de un viejo cuaderno de donde solía estudiar?

¿Por que ella?

¿Es por su preciosa cabellera?

¿Es porque tu padre cree que ella me sacara de tu cabeza?

No hace falta decirte que dejaré tu carta

Y saldré a caminar, necesito poder pensar con claridad

Estoy mal, me veo mal

Quizá

Oh vaya, volvemos con el quizá

Quizá te he amado demasiado

Quizá mi amor te ha quemado, sofocado  y asfixiado y de mí te has cansado (¿burlado?)

Lloverá, y nuestras vidas continuaran

Nublado estara y nuestras vidas continuaran

Nevara y nuestras vidas continuaran

No me vuelvas a besar

Si me vas a dejar

Por favor, rompes mi hilo emocional

Dear, Caleb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora