5. Amigo

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NARRA IBSEN: 

— ¡Comenzaremos con la primera prueba de aptitud! ¡Si fallan los ensartaré como a gusanos de cebo y los enviaré a cultivar la tierra! —dice Shadis mientras varios ayudantes preparan todo lo necesario para el entrenamiento. 

Hay varias especies de balancines extraños repartidos por todo el campo de entrenamiento. Básicamente, son varias vigas de madera enormes hincadas en el suelo y juntas por la punta, sobre la cual descansa una pieza curva que puede balancearse hacia un lado y hacia otro y de cuyos extremos salen dos cuerdas. Los cadetes tienen que atarse esas cuerdas a cada lado de la cintura e intentar mantener el equilibrio. Es un entrenamiento básico si quieres conseguir el equilibrio necesario para poder siquiera plantearte aprender a usar el equipo de maniobras tridimensional.

Cuando por fin puedo montarme en una de esas máquinas estoy bastante nervioso. Pero intento mantenerme lo más tranquilo posible y respirar profundo. Cuando me levantan y quedo suspendido en el aire, al principio me cuesta mantener el equilibrio y me balanceo violentamente de un lado a otro hasta quedar boca abajo. Pero tras varios intentos, consigo mantenerme en equilibrio. Aun así, mi cuerpo tiembla bastante, y eso hace que no me sienta del todo seguro, aunque por ahora me esté manteniendo suspendido en el aire. Es algo que tengo que mejorar. 

Tengo la suerte de haber estado algo familiarizado desde pequeño cuando mi hermano me ayudaba a entrenar mientras jugábamos. Pero aun así sigue siendo bastante complicado poder mantener la estabilidad aquí arriba... Después de tanto tiempo, es una sensación extraña el no tocar el suelo con los pies. Me siento como si flotara y al principio eso me genera un poco de miedo e incomodidad. A medida que consigo mantenerme a flote, voy acostumbrándome a la situación, pero si sigo temblando tanto no voy a conseguir ser bueno usando el verdadero equipo de maniobras tridimensionales.

El entrenamiento termina, y aunque me gustaría poder seguir entrenando, hay bastante gente que decide pasar el rato libre de la tarde para mejorar. Así que decido pedir una cuerda a uno de los trabajadores y marcharme a algún lugar apartado del bosque. El entrenamiento de hoy me ha servido para ver que no es tan distinto de lo que me enseñaba mi hermano, por lo que si copio su forma de entrenarme, puedo practicar bien y más tranquilo en un sitio a solas. 

Cuando encuentro una zona que me gusta, monto todo lo que necesito para entrenar, pero tardo tanto en hacerlo que se me hace tarde. Es hora de cenar, y tengo bastante hambre. Lo mejor será ir a comer para poder centrarme únicamente en entrenar después. 

Durante la cena, todos parecen hablar de Eren. No se le ha dado bien el entrenamiento de hoy, y parece preocupado por eso. Se ha hecho una herida en la cabeza intentando aprender a mantenerse en equilibrio. Es raro, pero supongo que eso le pasa por ir comportándose de forma tan prepotente el primer día. Al final, los que más presumen sobre algo casi siempre resultan ser los peores en eso.

Como sea, termino de comer rápido y dejo mis cosas antes de que suene la campana. Nada más salir, me dirijo hacia donde preparé las cuerdas para disponerme a entrenar. No sé hasta qué hora me quedaré, espero no que mucho, pero no me marcharé hasta no hacerlo perfecto.

NARRADOR EXTERNO: 

— La mayoría de los que están aquí lo hacen para mantener su estatus social —exclama Bertolt mientras él, Reiner, Armin y Eren se dirigen a algún lugar donde ayudar a su compañero a entrenar—. Dicen que los que van a trabajar a las fábricas al cumplir los doce son unos cobardes. Por eso se unen a las tropas militares. Aunque no es que yo sea muy distinto de ellos... Me uní para entrar a la policía militar y vivir en el centro, no tengo un espíritu fuerte. 

— Siempre es bueno valorar tu propia vida —responde Armin. 

— Yo quiero volver al lugar que tuve que abandonar —dice Reiner—. Eso es lo único que me importa.

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