8. Combates

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Campo de entrenamiento de reclutas. Año 850. 

NARRA IBSEN: 

— ¡Sois demasiado lentos! ¡Corred, malditos inútiles! —grita de Shadis desde su caballo mientras nosotros corremos por un suelo enfangado por la lluvia, cargando pesadas bolsas a nuestras espaldas. Tal vez él no lo diga de forma irónica, pero la situación hace que lo parezca— ¡Arlert! ¡Te estás quedando atrás! 

Armin es el que menos destaca físicamente en el grupo, por lo que se está quedando rezagado del resto, claramente agotado. No es que yo pueda decir que voy mucho mejor, después de todo, soy el penúltimo del grupo. Ser pequeños y débiles es algo que comparto con Armin y que nos hace quedar bastante rezagados siempre en este tipo de entrenamientos.

Veo a Reiner aminorar el paso hasta quedar a la altura de Armin. Le quita su equipaje y le anima a seguir. El rubio siempre actúa como un hermano mayor para todos los demás, eso ha hecho que sea uno de los más respetados entre sus compañeros. No debería hacer eso si no quiere que le castiguen, pero teniendo en cuenta que no es la primera vez que ayuda a alguien al que se le está complicando el entrenamiento... Aun así, no es la primera vez que pienso que es una auténtica estupidez eso de regañar por ayudar a otros. ¿Podría hacer que gente que no está realmente preparada para ser soldado lo acabe siendo? Tal vez. Pero para luchar contra los titanes, el trabajo en equipo es fundamental y este tipo de actos altruistas son un gran comienzo para desarrollarlo. 

Resoplo cansado mientras intento mejorar mi respiración. He estado respirando por la boca para conseguir más aire, pero con eso solo he conseguido que el aire frío me hiele e irrite la garganta. Intento respirar lo más profundo que puedo con la nariz y soltarlo con la boca, eso debería de mejorar no solo el estado de mi garganta sino también mi resistencia. Aun así, el frío y la humedad hacen que mi nariz moquee y me siento algo incómodo viendo como constantemente me gotea la nariz por mucho que intente retenerlo dentro.

De repente Armin me adelanta respirando muy fuertemente mientras parece estar exprimiendo al máximo sus fuerzas. Lleva su carga de nuevo en su espalda, por lo que algo me dice que se la ha quitado a Reiner y está intentando demostrar que no es una carga. Al poco tiempo es Reiner el que me adelanta. Me lanza una mirada de ánimo antes de pasar de largo. Sabe perfectamente que, al igual que Armin, no voy a contentarme con que él lleve mi carga, por lo que ni se molesta en intentarlo. 

— ¡Lance! —Comienza a gritar Shadis mientras se sitúa a mi lado. Si de por sí ya era difícil correr por el fango, con un caballo más grande de lo normal pisando fuertemente a menos de un metro de mí se hace todavía peor— ¡Ahora eres tú el que se está quedando rezagado! ¡Más te vale acelerar el ritmo! ¡Y sin ayuda! —Eso último lo dice mirando a Reiner para lanzarle la indirecta de que deje de ayudar a sus compañeros. 

Shadis siempre ha sido muy observador, me cuesta creer que no se haya fijado en que el rubio no me ayuda porque sabe que no se lo voy a permitir. Supongo que simplemente habrá aprovechado la situación para que no lo haga con otras personas.

Resoplo en respuesta. Me duelen mucho las piernas por el cansancio, pero es cierto que no puedo permitirme quedarme tan atrás, la mala condición física solo me traería problemas en las misiones de verdad. Ya solo para poder moverse bien con el equipo de maniobras tridimensionales hace falta una fuerza y resistencia enormes... Intentando sacar fuerzas de donde no las hay comienzo a correr a toda la velocidad que soy capaz de alcanzar. No es suficiente como para adelantar a los que hay por delante de mí, pero por lo menos ya no se están alejando. 

— Mis botas se resbalan con todo este barro... —escucho a Jean quejarse. Se ve que le cuesta mantener el equilibrio de vez en cuando y eso le ha hecho quedarse atrás, cerca de donde estoy yo. 

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