17. Por los que esperan que vuelvan

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NARRA IBSEN: 

A pesar de que las órdenes eran evitar el combate siempre que no fuera estrictamente necesario, muchos soldados han muerto ya. Algunos de ellos cerca de nosotros. La tensión es bastante alta entre los que nos encontramos colgados de la muralla. Muchos parecen estar luchando fuertemente entre sus impulsos de abandonar y el miedo a que sus seres queridos vivan un infierno por culpa de su cobardía. 

En mi caso, aunque no puedo negar que tengo miedo y que preferiría estar en un lugar más seguro, no siento que me encuentre luchando contra ese miedo. Simplemente, no puedo permitir que más gente inocente viva lo que yo viví con nueve años. Pero además de eso, mis amigos se encuentran sobre los tejados de la ciudad, acercando los titanes hacia aquí. Ellos están en un peligro mucho mayor que yo. Es por eso que si tuviera que determinar si siento el impulso de hacer algo, sería bajar a la ciudad para intentar apoyar a mis compañeros y asegurarme de que mis amigos no se encuentren en peligro.

Armin me ha detallado el plan que han ideado con todo lujo de detalles. He de admitir que es muy bueno, aunque aun así, ni siquiera con un plan tan bien diseñado para evitar muertes, se ha conseguido evitar que ya hayan devorado a varias personas. Estoy seguro de que debe de haber alguna forma de luchar y vencer a los titanes sin que se produzcan tantas muertes. Pero por ahora, la única forma de poder seguir avanzando es aceptando que muchos de los que estamos aquí tenemos una alta probabilidad de morir en un futuro cercano, y debemos estar dispuestos a aceptar ese sacrificio. 

— Ibsen —dice Armin rompiendo el silencio que se había formado. 

— ¿Qué ocurre? —digo alzando la mirada para fijarme en el rubio. 

— ¿Por qué estás tan determinado a ayudar con este plan? —pregunta mirándome nervioso. Parece que simplemente intenta buscar una forma de pensar en algo que no sean las decenas de titanes que hay debajo de nosotros intentando alcanzarnos. Eso y que tal vez todavía no piense que su plan sea el mejor posible— Anoche dijiste que no te importaba la humanidad de las murallas...

Bajo la mirada intentando encontrar una respuesta a la pregunta de mi amigo. Es cierto que desde que perdí a mi familia, la humanidad dentro de las murallas siempre me ha parecido algo totalmente ajeno a mí, como si no perteneciera o no quisiera pertenecer a ella. Simplemente, quería hacerme fuerte, y luchar para poder vivir fuera de aquí. Y, sin embargo, aun pensando de esa forma, aquí estoy, sacrificándome por la humanidad... 

— Si te digo la verdad, no lo sé... —comienzo a responder— Es cierto que no me siento interesado por proteger a la gente de aquí dentro, sobre todo a aquellos que tomaron la decisión de enviar a los refugiados a recuperar la muralla María. Pero... Simplemente, cuando escuché a Pixis hablar sobre lo que ocurriría si este muro caía... Algo dentro de mí me impedía marcharme. Si esta muralla cae, mucha gente se verá obligada a vivir lo que yo tuve que vivir. No podía ser uno de los que se marcharan permitiendo que eso ocurriera sin intentar evitarlo... 

— Eso se llama empatía... —exclama Armin— Y ahora me doy cuenta de que eres una de las personas más empáticas que conozco.

— Es posible. Puede que sea demasiado empático. Sacrificando mi vida y mis sueños por gente a la que no conozco, y de los cuales, muchos seguramente no valoren mis esfuerzos. 

— No creo que seas demasiado empático. Aunque es cierto que muchos no valorarán lo que estamos haciendo aquí, también habrá mucha gente que sí lo hará. La verdad es que yo, aunque sueñe con poder salir y ver el mundo exterior, sí que quiero ayudar a los demás que viven aquí dentro. Así que al menos yo sí valoro y agradezco tu empatía —dice poniendo una gran sonrisa con la que intenta ocultar sus nervios. 

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