TWO Lives

11. Soledad

NARRA IBSEN: 

Avanzo rápidamente a través de la espesura del bosque. Usando mi equipo de maniobras tridimensionales, voy enganchándome a distintos árboles para impulsarme velozmente entre la maleza. Aun avanzando a tal velocidad, sigo manteniéndome bien atento a todo lo que hay a mi alrededor. No solo porque un golpe a esta velocidad podría ser fatal, sino también porque debo estar preparado para atacar en cualquier momento. 

Llego a un pequeño claro en el bosque en el que justo se alzan frente a mí dos enormes figuras humanas. Rápidamente, engancho dos hojas a los mangos de mis espadas y me abalanzo contra los dos maniquíes. Comienzo a girar sobre mí mismo como si fuera una peonza, colocando ambas espadas de forma que ambas corten el aire, haciendo un círculo completo cada vez que doy una vuelta.

En cuestión de segundos, alcanzo al primer titán y rápidamente con mi giro consigo cortarle un buen trozo de su nuca de cuero. Continúo girando hasta que unas décimas de segundo después llego hasta donde el segundo, repitiendo el mismo ataque. Cuando dejo de girar y comienzo a alejarme, me permito mirar hacia atrás para comprobar que ambos maniquíes tienen un profundo corte en la nuca. Ha sido un ataque bastante eficiente, eso siempre es bueno teniendo en cuenta que no voy sobrado de gas. 

Ya debería de encontrarme cerca del final, por lo que debería acabar pronto el entrenamiento. El recorrido de hoy ha sido más largo, normalmente suelo acabar con el doble de gas, pero esta vez, incluso habiendo estado todo el entrenamiento intentando gastar el mínimo posible avanzando y atacando de la forma más eficiente posible, comienzo a sentir que en cualquier momento no me quedará suficiente para poder seguir. Todo parece indicar que el objetivo del entrenamiento de hoy era precisamente mostrar la importancia de no malgastar gas. Algo muy importante sabiendo que eso implicaría la muerte si nos enfrentáramos a titanes de verdad.

Tal y como esperaba, esos dos muñecos de titanes eran los últimos. Al atravesar una pequeña zona de mayor espesor, llego al final del circuito, dónde varios trabajadores se encuentran esperando a que los reclutas lleguen para controlar sus tiempos. Ya hay varios de mis compañeros ahí, supongo que no he sido el más rápido. 

Aterrizo suavemente frente a todos los presentes y guardo de nuevo las hojas de mis espadas en su gran funda. Shadis debe de estar todavía patrullando con su caballo a los que todavía continúan haciendo el entrenamiento. A pesar de que en cada punto donde hay titanes hay trabajadores preparados para evaluar a los que lleguen y los eliminen, siempre le ha gustado echar él un vistazo para cerciorarse de que las calificaciones son realistas. 

— Llegas pronto —dice Mikasa acercándose a mí. Por lo que veo, es la única de su trío que ha llegado.

Además de ella y yo, ya están en la meta descansando Jean, Reiner, Annie, Bertolt, Ymir y Marco. Los demás deben de estar al llegar, aunque es posible que más de uno se haya quedado sin gas y tenga que volver andando. Varios trabajadores se acercan hacia donde estoy, y recogen mi equipo de maniobras para evaluar su estado, además de comprobar los tanques de gas. Claramente, quieren ver lo eficiente que es nuestro uso del gas. 

— Supongo que sí. Aunque empezaba a preocuparme de que no tuviera suficiente gas para llegar. El circuito de hoy ha sido bastante largo. 

— ¿A ti también te ha dado esa sensación? —dice Marco acercándose a nosotros dos— Poco antes de llegar empezaba a notar como mi equipo empezaba a perder fuerza por la falta de gas. Los trabajadores me lo han retirado antes de poder revisarlo, pero creo que mis tanques han acabado completamente vacíos. 

— Yo no he gastado mucho —dice la chica de cabello oscuro.

— Supongo que habrás tomado una ruta más directa —respondo yo sorprendido. Aunque ahora que lo pienso, Mikasa es de lejos la más hábil de todos en el entrenamiento, por lo que es normal que lo haya completado tan fácilmente—. Por cierto, ¿Eren y Armin todavía no han llegado?