22. La 57ª expedición

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NARRA IBSEN: 

A la mañana siguiente, envueltos por el sonido de las campanas y la confianza de todos los ciudadanos allí reunidos, llegó el momento de comenzar la expedición. Todos estamos preparados. Sobre nuestros caballos mientras observamos con miedo y muchos nervios la puerta de la muralla, lista para elevarse y permitirnos salir. Temerosos, pero al mismo tiempo impacientes. 

Los veteranos ya saben lo que les espera allí afuera, para nosotros, los nuevos reclutas, este será posiblemente uno de los momentos más importantes de nuestras vidas. No es nuestra primera vez luchando contra titanes, ni siquiera estaremos en el mundo exterior, puesto que hasta no hace muchos años, ese territorio, ahora de los titanes, se encontraba bajo control humano protegido por la muralla María.

Es difícil definirlo, pero una sensación extraña invade mi cuerpo. Algo que solo podría intentar definir como una desesperación entusiasta. Después de cinco años, volveré a estar fuera del muro Rose. Pero esta vez es distinta a cuando vivía en el muro María. Lo que una vez fue mi hogar, ahora es territorio hostil. Un lugar peligroso donde en cualquier momento nos encontraremos con titanes que intenten devorarnos. En campo abierto no será tan fácil luchar contra los titanes como en Trost, por lo que el peligro será aún mayor... 

— ¡Es posible que nos encontremos con titanes durante el inicio de la expedición! —grita uno de los líderes del cuerpo de exploración— ¡La puerta se abrirá en treinta segundos! 

Trago saliva nervioso. Mi primera expedición... Tengo miedo. Todo puede salir tremendamente mal. Pero de nada sirve ver la situación con pesimismo. Ya no hay vuelta atrás. Necesito salir. Los segundos que la puerta tarda en abrirse se me hacen eternos mientras lo único en lo que puedo pensar es en estar por fin fuera. 

— ¡Es el momento! —grita el soldado que se ha encargado de dirigirnos y organizarnos a todos los nuevos reclutas— ¡A partir de ahora la humanidad dará un paso más! ¡Así que muestren su voluntad de luchar!

Todos levantan el puño o una de sus espadas gritando con decisión. Entre tanto ruido y emoción, me siento un poco apartado del resto del mundo. Yo no grito, no alzo mi puño o mi espada en señal de que estoy listo para luchar. La lucha no es algo que lleve dentro de mi justo en este momento. Como he dicho antes, noto una sensación extraña dentro de mí ahora mismo. 

Es cierto que pareciera estar impaciente por comenzar ya y estar en el territorio de la muralla María cuanto antes. Pero, no siento que ese entusiasmo por comenzar se deba a que tenga ganas de luchar contra los titanes, más bien todo lo contrario. Eso es... El entusiasmo de salir a lo muchos consideran ya el mundo exterior y el miedo de saber que estar allí implica la posibilidad de luchar contra los titanes. Dos sensaciones bastante opuestas que misteriosamente se están mezclando en una perfecta amalgama dentro de mí. 

— ¡Avanzad! —grita Erwin con fuerza, una vez la puerta se abre, a la vez que comienza a correr con su caballo. Todos comenzamos a seguirle. — ¡Ahora da comienzo la expedición número 57 fuera de los muros!

Atravesamos la muralla y comenzamos a correr rápidamente por campo abierto. Nada más salir de la muralla, pasamos por la calle principal de los restos de la parte de la ciudad que quedaba por fuera de la muralla Rose. Algunos titanes aparecen en las cercanías, pero son los del equipo de soporte los que se encargan de ellos mientras el resto seguimos avanzando. 

A pesar de lo tenso que es el tener que avanzar cuando a pocos metros de ti hay un titán intentando atrapar a los soldados que se encargan de eliminarlo, los superiores no paran de ordenar que sigamos adelante. Por ahora no mantenemos la formación que nos explicaron estos días anteriores, pero teniendo en cuenta que mientras estemos en los restos de la ciudad, los del equipo de apoyo serán los encargados de protegernos de los titanes, tiene sentido. Además, estas calles son demasiado estrechas como para organizarnos de otra forma que no sea apelotonados en una pequeña fila de unos pocos soldados de ancho. 

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