15. Solo quería decirte que...

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NARRA IBSEN: 

Tras un rato corriendo, los edificios comienzan a dispersarse más, por lo que todos se ven obligados a usar sus equipos de maniobras para poder seguir adelante. Cuando Reiner salta y comienza a moverse entre los edificios conmigo en brazos, comienzo a sentirme algo preocupado. Algo más adelante hay varios titanes, y conforme nos vayamos acercando al cuartel, habrá todavía más... Él está totalmente incapacitado mientras tenga que cargar conmigo y no sé hasta qué punto, es buena idea que Sasha se encargue de protegerse a ella y a nosotros. 

Tres titanes ocupan la calle por la que nos desplazamos. Estos se entretienen con Jean y los que van justo detrás de él, ya que son los primeros a los que ven. Gracias a esto, cuando nosotros pasamos, Reiner no tiene que esforzarse mucho para mantenerse fuera de su campo de visión y así, evitar problemas. 

Volvemos a aterrizar sobre otro edificio y Reiner continúa corriendo por este por un tiempo. Al menos de esta forma puede avanzar una distancia considerable sin gastar todo el gas que gastaría llevándonos por el aire. Cuando el tejado se acaba, volvemos a alzar el vuelo. Ya estamos muy cerca del cuartel, pero ahora hay titanes por todos lados.

Un titán de unos doce metros se percata de nuestra presencia y acerca peligrosamente su mano hacia nosotros. Por suerte, Sasha aparece y le corta los dedos mientras que con sus piernas empuja la mano del titán hacia abajo. Conseguimos escapar del titán sin problemas, pero este ahora va detrás de nosotros. 

— Mierda... Si continúa siguiéndonos, aunque consigamos entrar al cuartel, intentará alcanzarnos desde fuera... —dice Reiner mirando por el rabillo del ojo al gigante que nos persigue. 

— Una vez dentro, solo hay que alcanzar un lugar lo bastante alejado de la fachada como para que no puedan vernos o alcanzarnos. Así que por ahora concéntrate en los que hay más adelante —digo yo mientras desenfundo una de mis espadas. 

— ¿Qué haces? —dice él dándose cuenta. 

— Es muy peligroso depender de Sasha para poder llegar a salvo. Si algún titán se acerca demasiado a nosotros, al menos tendrás mi brazo bueno para defenderte... —digo apretando con determinación el mango de mi espada.

— ¿Es que nunca descansas? —dice él volviendo a mirar hacia el frente. 

— No es momento de descansar. 

— ¡Chicos! —grita Sasha acercándose— Tened cuidado con los de más adelante. ¡Intentaré protegeros, pero no podré encargarme de todos a la vez! 

— ¡No hay que enfrentarse a ellos! —aviso a mi amiga— Solo cuando no queda más remedio... ¡Pero mientras tanto es mejor evitarlos y pasar de largo! Cuanto antes lleguemos al cuartel, antes dejaréis de estar arriesgándoos por mí. 

— ¿Ya volvemos con eso? —dice Reiner con tono cansado— Deja de pensar que eres una carga... 

— Reiner —digo muy serio. 

— ¿Eh? ¿Qué pasa? —dice él mirándome confuso.

— Aunque tenga mi brazo herido, mis piernas están perfectamente. Puedo correr. Así que en cuanto entres por una de esas ventanas, suéltame. Es más fácil que esto salga bien si los tres corremos por nuestra cuenta. 

— Si tú lo dices... ¡Pero más te vale no estar planeando quedarte atrás para entretenerlos mientras los demás huimos! —exclama comenzando a usar más gas para pasar más rápido entre todos los titanes que hay a nuestro alrededor. 

— Tranquilo. Con todo lo que estáis arriesgando por mí, no dejaré que todo vuestro esfuerzo sea en vano... 

Reiner consigue pasar entre todos los titanes sin tener que preocuparse de que le atrapen. Tras eso, se abalanza con todo el gas que le queda hacia una de las ventanas del edificio del cuartel y la atraviesa destrozando la cristalera de esta. Al igual que nosotros, otros compañeros también consiguen llegar, pero no muchos teniendo en cuenta todos los que empezaron a seguirnos a Mikasa y a mí. Me alegro de haber podido llegar vivo hasta aquí, pero no puedo ignorar que, en parte, el que Reiner haya podido traerme sin mayor peligro es gracias a que muchos titanes estaban entretenidos devorando a varios de nuestros compañeros...

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