TWO Lives

30. Posibilidades incómodas

¡¿Qué?! Entonces, ¿Todavía el mensajero no ha podido decirles lo que ha pasado? Eso significa que habrá llegado apenas unos segundos antes de que llegara yo. Los guardias deben de haberle retenido unos segundos en la puerta antes de dejarlo entrar para que aun habiendo comenzado a correr hacia aquí bastante después de él, haya podido casi alcanzarle. 

— ¡Ah sí! —dice el mensajero volviendo a lo que había venido— ¡Es horrible comandante! ¡Los titanes han atravesado la muralla Rose! 

Las caras de Levi y Erwin son un auténtico cuadro. Pero la de Erwin vuelve a la normalidad en apenas unas décimas de segundo. Tengo la sensación de que ya es algo que se temía desde el momento en el que escuchó las campanas anunciar que alguien estaba entrando desde fuera de la muralla. 

— ¿Me estás jodiendo? —dice Levi molesto. 

— ¡Hace más o menos medio día desde que fueron detectados varios titanes acercándose hacia el cuartel! —exclama el mensajero.

— Esos malditos titanes... No me dejan descansar —exclama Levi resoplando a modo de queja. 

— Entiendo... —exclama Erwin antes de mantenerse callado por unos segundos— Entonces tendremos que actuar cuanto antes —exclama levantándose de su sitio—. Levi, ¿Crees que puedes hacer algo esta vez? 

— ¿Acaso tengo otra opción? —responde el de cabello oscuro en tono cansado. 

— Fue un acierto dejar al líder de escuadrón Mike supervisando a la tropa 104 —dice el mensajero algo más calmado—. Con él allí podrán aguantar. 

— Sí, eso espero —responde Erwin acercándose a la ventana para mirar por ella. Ya ha anochecido. 

— Sin embargo, si la muralla Rose ha caído, tenemos que darnos prisa en ir hacia allí. Si no hacemos algo entrarán cada vez más y más titanes.

— ¿Qué es lo que querías decirme Ibsen? —pregunta el comandante girándose hacia mí para mirarme fijamente con sus profundos ojos azules. 

De alguna forma siento como si estuviera analizando mi interior con ellos, buscando mis verdaderas intenciones dentro de mis pensamientos. Esa simple sensación basta para que se me erice la piel. Levi y el mensajero parecen sorprenderse de que después de la noticia de los titanes dentro de la muralla, el comandante siquiera muestre interés en mí. 

— ¡Por favor, déjeme marchar hacia el cuartel ahora mismo! —exclamo levantándome de mi sitio e inclinándome a modo de reverencia para profesar mi petición. 

— ¿Qué? ¡¿Estás loco?! —exclama el mensajero al escucharme. 

— Lo que faltaba... Otro idiota suicida más... —dice Levi. 

Sin embargo, lo que ellos puedan decir me da exactamente igual. No puedo aguantar el estar aquí sin hacer nada mientras hay titanes allí fuera. Sasha, Connie y los demás... Reiner... Todos podrían estar en peligro mientras yo estoy aquí esperando a que los demás decidan qué hacer. Simplemente, es una sensación que no soy capaz de aguantar.

— ¡Mis amigos podrían estar en peligro! —digo comenzando a explicar mi posición— ¡No puedo estar aquí esperando sabiendo que podrían estar siendo atacados por los titanes! ¡Quiero ir allí a ayudarles! —exclamo mirando fijamente a los ojos del rubio. 

— ¿Eres consciente de la tontería que acabas de decir? —exclama Levi levantándose y dándome una fuerte colleja— Tardarás más de medio día en llegar hasta allí. Nada te asegura que ellos no hayan huido a un lugar más seguro. Y encima te encontrarás con titanes en un terreno donde el equipo de maniobras tridimensionales no funciona...