49 | Dominó

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Nadie en el mundo dijo que las relaciones fueran fáciles y, después de pasar por todo el dolor de haber perdido a uno de mis mejores amigos, ahora tengo que afrontar la perdida y el vacío que Artemisa Graham va a dejar en mi vida.

—No es verdad —dice la chica en cuestión—. Tú estás mintiéndome.

—Missy, nunca te he mentido, no voy a comenzar a hacerlo ahora.

—Es que... es que yo no he estado con nadie más. Éste bebé tiene que ser tuyo... es tuyo.

—El hecho de que quieras que lo sea, no significa que sea así.

—Braxton...

—Aunque lo desees, la realidad es otra.

—Si está diciendo esto para librarse... —habla el señor Graham.

—No es así. Tengo unos documentos que prueban lo que acabo de decirles.

—Mi bebé es tuyo —gruñe Artemisa, corriendo hacia la salida.

Dejando escapar un suspiro, corro detrás de ella, dejando atrás a sus padres.

Busco a Artemisa por todas partes hasta que finalmente la encuentro sentada en una banca en el parque.

Me acerco a ella y me siento a su lado sin decir palabra alguna, simplemente en silencio, mirando hacia el cielo azul.

Las personas van y vienen, todas y cada una de ellas, disfrutando de un maravilloso día.

—Dime que no es verdad —solloza, todavía abrazando sus rodillas.

—Missy...

—Tiene que ser tuyo. Yo no he estado con nadie más, te lo juro, Braxton.

—Después de enterarme que Quinn había tenido una hija mía y, después de conocer a Ailey, yo tomé la decisión de hacerme la cirugía.

Ante mis palabras, ella levanta la cabeza y sus ojos se encuentran con los míos.

—¿Por qué no me dijiste? —pregunta.

—Planeaba hacerlo, es sólo que no encontré el momento adecuado y luego pasaron varias cosas.

—No lo entiendo, entonces, ¿cómo me embaracé?

—Es verdad que dejé de usar protección cada vez que estábamos juntos, pero era por que la cirugía había salido bien.

—¿No quieres tener hijos conmigo? —pregunta—. Porque yo sería la mujer más feliz del mundo si en mi vientre llevará un pedacito de ti.

—No. Ni contigo ni con nadie —respondo—. Después de conocer a Ailey y de saber cómo llegó a éste mundo, decidí que no quería tener más hijos y, sobre todo, no iba a correr el riesgo de volver a dejar embarazada a alguien y que no me dijeran que me había convertido en padre.

—Brax, yo lo lamento... —dice—... no era mi intención atarte a mí por un bebé, es sólo que no quiero perderte.

Suspirando, la jalo hacia a mí y la abrazo; lo que menos quiero en el mundo es lastimarla y, a pesar de que ésa ha sido mi intención todo éste tiempo, también sé que he fallado estrepitosamente, porque ésta relación que tenemos los dos ha sido demasiado complicada desde el principio, desde el momento en que ella decidió mentirme respecto a su nombre el día que nos conocimos.

Todo éste desastre y el dolor por el que está pasando hoy, se habría podido evitar si ella no me hubiese buscado tanto y si yo hubiera tenido más control sobre mí mismo, sin embargo, ahora estamos en ésta travesía que no está dejándonos nada bueno.

ARTEMISA©  | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora