La expresión y las lágrimas arremolinadas en los ojos de Artemisa no hacen otra cosa más que incrustar más la estaca en mi corazón, he sido un hijo de puta con ella, desde que la conocí, no hice más que condenarla y hundirla en la miseria que me había estado consumiendo desde tiempo atrás.
—Lo siento —mascullo, mirándola fijamente.
Ella levanta la cabeza de golpe, con sus ojos fijos en los míos. —¿Por qué estás disculpándote?
—Por todo —digo, soltando un suspiro—. Nunca tuve la intención de lastimarte, sin embargo, lo hice... Artemisa, transformé tu vida y te llevé a un mundo completamente oscuro.
—Braxton, no es cómo si no me hubiera gustado —responde—. Si debemos ser sinceros, debo reconocer que gran parte de todo lo sucedido fue mi culpa, yo insistí en todo, de hecho, supliqué por ello.
—Aun así, el adulto aquí soy yo y debí tener un poco más de control y autoridad para no caer en la desgracia.
De repente, da un paso atrás y yo mismo quiero golpearme hasta dejarme muerto, porque exactamente acabo de decirle que todo lo que sucedió entre nosotros no fue importante para mí. —¿Estás arrepentido? —susurra.
—Demonios Missy, si realmente me arrepintiera de todo lo que hicimos, no estaría hoy aquí.
—¿Entonces por qué terminaste lo nuestro? —pregunta, acercándose a mí y colocando sus manos en mi pecho.
—¿Qué es lo que estás haciendo, Artemisa? —inquiero, acunando su cara entre mis manos—. Nosotros terminamos, es verdad, pero nunca quise lanzarte a ése mundo.
—Tú no me lanzaste —dice, mirándome fijamente—. Yo busqué a Minnie porque quise, nadie me obligó.
—Sí, y es por eso que me siento culpable. No eras así, lo que me gustó de ti en primer lugar, fue tu dulzura e inocencia...
—Braxton...
—Yo te quité eso. Me gustaba la chica que conocí en el parque aquel día, pero hoy... La chica que tengo frente a mí no es ni la sombra de lo que solías ser.
Antes de que siquiera pueda seguir hablando, Artemisa se lanza a mí; poniéndose de puntillas, su boca choca contra la mía y sus labios acarician los míos.
—Quisiera que comprendieras las cosas —dice, apartándose de mí, pero sin dejar de mirarme—. Braxton, tú no has hecho nada malo, no me has convertido en una ninfómana, no tienes porqué sentirte culpable de absolutamente nada. Lo que sucedió entre nosotros, fue algo consensual. No me obligaste a nada, de hecho, yo fui quien siempre te pidió que me follaras.
—Soy el adulto, Artemisa, debí tener más control de mis acciones —repito—. Hay cosas que no debían suceder y otras más, que estaban prohibidas para mí... para nosotros.
Quiero hacerla entender, decirle que a pesar de saber que lo que hicimos estuvo mal, jamás me he arrepentido de ello, es solo que la culpa dentro de mí es tan grande, porque ella no debería estar pasando por ésta horrible situación, ella no debió haber ido con Minnie.
Esto debe ser un castigo divino, porque ella es la única chica que realmente me ha importado y ahora me toca ver el enorme cambio del que ha sido víctima.
📕🌇
Quizás estoy cometiendo nuevamente un error abismal, sin embargo y, después de todo, lo que he vivido con Artemisa pesa más que mi jodida conciencia.
La miro salir de su casa vistiendo un conjunto que acentúa su cuerpo y que prácticamente, no deja nada a la imaginación y el amigo entre mis piernas reacciona inmediatamente porque ha sido una temporada de sequía y quiero... pretendo seguir así.
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ARTEMISA© | TERMINADA
Storie d'amoreArtemisa tiene diecisiete años. Vive en Carolina del Norte. Tiene un perro labrador y un gato blanco, o al menos ella supone que ese es su color. Su padre es contratista, su madre es diseñadora y programadora web y su hermana, bailarina profesional...