08 | Propuesta

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—¿Estás diciendo que estás enamorada de ese hombre? —inquiere Karla.

—Sí. Lo estoy.

—Pero Missy, él es mucho mayor que tú.

—Para el amor no hay edad —digo, encogiéndome de hombros—. Sé que Braxton es mayor que yo, pero eso no evita que mi corazón se acelere cada vez que él está cerca o cada vez que me habla.

—Estás loca —exhala—. Ese hombre es un mujeriego, lo que se habla de él es...

—No me importa, sé que puedo hacer que él cambie, que se enamore por primera vez.

—Estás jodidamente loca, Missy... ¿cómo carajos vas a irte de frente contra una pared difícil de derrumbar?

—Karla...

—Missy, el hombre tiene treinta y uno, y toda su vida sexual ha sido muy activa, ha ido de mujer en mujer, no me sorprendería que la población femenina entera de Atlanta haya pasado por su cama.

—No tienes que ser tan cruel.

—Amiga, eso no es ser cruel, eso es ser realista. Por Dios, date cuenta de lo que estás diciendo.

Me encojo de hombros, sintiéndome como una tonta, pero es la primera vez que siento algo así de intenso por alguien.

Braxton Airlie ha llegado a lo más profundo de mí y no quiero ni tengo la intención de sacarlo.

—Cómo sea —murmura Karla—. Si es lo que quieres, voy a ayudarte, pero te juro, Missy, que, si ese hombre te hace sufrir, no lo voy a culpar solo a él, sino también a ti.

Sonrío, satisfecha de al menos poder contar con el apoyo de mi mejor amiga.

Estoy dispuesta a hacer lo que sea con tal de tener un poco de la atención de Braxton, y puede que suene loco y descabellado, pero, estoy completamente segura de poder ganarme el corazón de ese hombre, no importa qué.

🌈💐

Viajar nuevamente a Atlanta me tiene comiéndome las uñas, al borde total de la angustia y los nervios.

—Sigo pensando en que es una locura —habla Karla, mientras me guía a la salida del aeropuerto.

—Lo es —afirmo.

El aire fresco que se cuela a través de las ventanas abiertas del taxi, me relaja y calma un poco mi nerviosismo.

Sé que estamos yendo directamente a la editorial Airlie, no llevamos más que nuestras mochilas con algunas mudas de ropa y artículos de limpieza personal.

—Llegamos —anuncia Karla, ayudándome a bajar del taxi.

No es hasta que nos encontramos en espera de que él pueda recibirme que me percato de algo; todavía no sé qué voy a decirle.

Él me hace sentir como si fuese una gelatina andante, mis piernas se debilitan y mi cerebro colapsa, dejo de pensar racionalmente cuando escucho su voz y sé que en cuanto él hable, voy a perder toda capacidad de racionamiento.

—Esperaré aquí —susurra Karla.

Dejo que la secretaria de Braxton me guíe a su oficina y sé que he llegado a mi destino cuando el olor de su colonia me inunda las fosas nasales.

Siento su cálida mano tomar la mía, enviando una onda de corriente eléctrica a través de todo mi cuerpo.

—Está bien Karen, puedes retirarte —dice.

Escucho el sonido de la puerta al ser cerrada y mi respiración se vuelve lenta, estoy respirando con dificultad, como si la simple acción de llevar y liberar aire de mis pulmones fuese una cosa difícil.

ARTEMISA©  | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora