Capítulo 19

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Capítulo 19

1 de junio, 2015

He dormido tan bien que ni siquiera me dan ganas de morirme cuando la alarma de mi teléfono comienza a sonar. No tuve muchas horas de sueño, quizá unas cinco como una exageración pero tener sexo antes de dormir sin dudas es un gran somnífero, definitivamente debemos hacerlo más seguido. Los sueños que tuve durante la noche fueron un tanto raros, mis amigas aparecían siendo una especie de sirenas brabuconas que atacaban gente y luego el escenario cambiaba y aparecía Jackson diciéndome que me quería, sin dudas fue raro.

El hecho de que la alarma siga sonando me hace saltar de la cama despertando al señorito que dormía a mi lado.

—¿Qué hora es? —pregunta más dormido que despierto.

—Las seis y veinte —apenas termino de modular la frase cuando pega un terrible salto saliendo de la cama.

—¡Mierda, mierda! —Se queja— ¡Voy muy tarde al trabajo! ¡Mierda! —se exaspera y debo contener la risa al verlo dando saltitos mientras se intenta colocar el pantalón.

En el tiempo que se mete al baño para hacer sus necesidades bajo a la cocina y batiendo algún record mundial preparo café y lo guardo en un vaso térmico que encontré en alguno de sus muebles. También sirvo una taza para mí y me dedico durante pocos minutos a esperarlo sentada en la isla de la cocina mientras reviso en mi teléfono la agenda de hoy que comienza yendo al hospital a visitar a mi abuelo y más tarde debo ponerme al día con las obligaciones de mi trabajo. Será un día largo.

—¿Quieres café? —le pregunto cuando lo veo entrar a la cocina acelerado con su mochila en la espalda y el estuche de la cámara colgando de su cuello. Me acerco a darle un beso.

—Llego tarde Kat, no me da tiempo a prepararlo.

—Bueno, por eso tu gran novia lo hizo por ti, ten —le ofrezco el vaso con café y me ve con una sonrisa.

—Eres hermosa —besa mi frente y luego mis labios con un beso húmedo que solo me deja con ganas de más.

—Lo sé —murmuro concentrada en esos ojos azules que no dejan de concentrarse en los míos, como hipnotizados el uno por el otro.

—Debo irme —vuelve a besarme y esta vez sale de la cocina—. Por cierto —asoma su cabeza por el umbral —, te quiero Katie.

Contengo la respiración y disimuladamente me pellizco la piel del brazo para ver si es o no un sueño, pero descubro que estoy totalmente despierta. Jackson dijo que me quiere. A mí, es decir, me quiere. Como que tiene sentimientos afectivos hacia mí. No puedo comprenderlo. Quizá sea el hecho de que es muy temprano o puede ser también la sensación de que mi corazón se encogió un poco al oír esas palabras o tal vez las terribles ganas que tenía de decirle que yo también lo quiero y que reprimí porque soy una miedosa de mierda.

Dejando todos mis pensamientos de lado me dedico a comenzar mi día feliz y por eso emprendo camino al hospital donde mi abuelo continúa ingresado pero esta vez voy con la certeza de que se encuentra bien.

La sensación de estar en el hospital siempre me causa escalofríos. El ambiente tan frio, las personas sufriendo en ellos y los pacientes del otro lado de las puertas luchando por su vida mientras que los médicos se desviven por hacer bien su trabajo y luchan internamente por no deprimirse en el proceso.

Se cuán difícil es cumplir el rol del médico, mi propio hermano lo es y lo he visto incontables veces llorando en el sofá de mi casa por haber perdido un paciente y por eso admiro profundamente su pasión y amor por su profesión. Estar aquí otra vez luego del fallecimiento de mi abuela me trae recuerdos que hubiera preferido mantener reprimidos dentro mío y cuando veo finalmente a mi abuelo postrado en la camilla blanca y con múltiples cables rodeándolo todo mi interior se remueve haciendo que las lágrimas se acumulen en mis ojos.

La Melodía Mas Bonita (Terminada EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora