|°| La madriguera y la pared cerrada |°|
Harry estaba seguro de que iba a extrañar horrores a sus tíos y a su papá, pero mientras veía aparecer a los gemelos, sacudiéndose el hollín de sus ropas con Ron detrás de ellos intentando escapar de, quien supuso, sería su madre... no pudo negar su emoción por tener amigos que lo invitaran a su casa... una emoción que lo hacia casi rebotar sobre su asiento haciendo sonreír al hombre a su lado.
Regulus no quería separarse tan pronto de su hijo, pero había tan pocas veces en las que podía vislumbrar un poco de esa emoción infantil en él niño que casi se da palmaditas así mismo por haber tomado la decisión correcta... sobre todo, porque la infancia que hubiese deseado que tuviera no iba a poder ser al tener a un maldito loco detrás de él.
Por otro lado, a él le serviría ese tiempo para ahondar más en las investigaciones que estaba haciendo. Tenía muchos libros que leer, personas que contactar tratando de ser lo más discreto posible para no revelar su estatus de vivo descuidadamente y, también tenía que volver a ponerse en forma para enseñarle a su hijo sobre hechizos y todo lo que pudiera para mantenerlo con vida.
Sacudió la cabeza, regresando a sus planes de esa tarde. Primero irían al Callejón Diagon a hacer sus compras para el próximo curso en Hogwarts. La carta había llegado el mismo día que la invitación de la matriarca de los Weasley y acordaron verse ahí para comprar los materiales. Hermione y Susan pudieron convencer a sus papás y tía, respectivamente, para hacer sus compras el mismo día. Al terminar sus compras, el azabache iría con los Weasley a la madriguera y el Black regresaría con los Tonks.
Comprobó que su disfraz seguía intacto, peluca rubia y pupilentes color azul en su lugar, la pulsera de supresión mágica que Amelia le había dado para evitar que su magia fuera reconocía, pero no le dejaba desprotegido en caso de necesitar usarla y, por último, la leve modificación de nariz y 'pómulos. Con el asentimiento de su hijo, supo que todo estaba perfecto.
El Black regreso su mirada hacia la fila de personas recién llegadas, dándose cuenta de que ahora la mujer perseguía a una niña pelirroja con lo que parecía un cepillo diciéndole que tenía que limpiar sus ropas, detrás de ella venia al que supuso sería el tercer hijo y un hombre delgado con el cabello característico de los demás Weasley que había conocido, oh bueno, al menos lo que quedaba de su cabello era de ese color.
Harry le apretó la mano a su papá cuando todos los Weasley habían llegado. El primero en verlos fue Ron, que no dudo en acercarse saludando a su amigo alegremente, el azabache se fijó que el chico había crecido un par de centímetros en el verano. El pelirrojo no tardo en presentar a su mamá, su papá y su hermanita, Ginny Weasley, que, al parecer, iniciaba su primer año en Hogwarts este año.
—Mucho gusto, Harry Potter. Él es Louis Dursley, mi tío.
—Oh, que educado— el azabache se vio atrapado en un abrazo aplastante.
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Un Nuevo comienzo
Fiksi PenggemarHarry ha vivido siete años junto a sus tíos, años en lo que lo único que ha conocido son insultos, golpes, despreció y dolor, mucho dolor. Ha perdido la infantil esperanza de que alguien lo salve, sin embargo, una mañana aparece un hombre que dice c...