Capítulo 22.

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|°| Iría al inframundo y regresaría con Hades debiéndome un favor por ti |°|

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|°| Iría al inframundo y regresaría con Hades debiéndome un favor por ti |°|

Regulus estaba seguro de que la dichosa "Suerte Potter" había entrado en juego para que le sucediera algo así. Por supuesto su hijo se iba a hacer amigo de la sobrina de Amelia Bones... y por supuesto que ella lo descubriría en la primera oportunidad en la que se encontraban porque no por nada se había convertido en la jefa del Departamento de Aplicación de Ley Mágica a sus 34 años.

Su lado Slytherin miro alrededor, buscando las oportunidades para salir de ahí, siguiendo su instinto de autopreservación, pero entonces sus ojos viajaron de la mujer con mirada feroz frente a él al niño medio escondido detrás la pelirroja con la vista desenfocada, la frente perlada de sudor y manos temblando.

Quiso maldecir, su hijo estaba cerca del ataque del pánico. No lo culpaba, no cuando se percato del agarre que tenia la pelirroja en el brazo del menor. Culpaba a la "Suerte Potter" combinada con la suya y a los malditos Dursley... respiro profundo

—Ame... Lady Bones. Le sugiero que suelte el agarre que tiene en mi... — carraspeo ante su casi segundo desliz —Harry. Le explicaré todo, solo y, sólo si permite que el niño regrese en sí mismo.

Se puso a la altura del azabache, exponiendo la palma de sus manos en beneficio tanto del menor, como de la mujer feroz frente a él, dejando ver su desinterés por infligir daño e ignorando la mirada entre estupefacta y furiosa de la mujer frente a él y la manera en la que la menor de las dos lo salvó de ser hechizado con un simple gesto.

—Harry... ¿Me escuchas? estamos en la estación de Kings Cross, acabas de llegar de Hogwarts... Harry necesito que te concentres en tres cosas que puedas oír... ¿puedes? ¿me dices tres cosas que puedas oír?...

—Tu voz... las ruedas de los carritos de equipaje y pasos...

Regulus suspiro internamente...

—Muy bien, ahora tres cosas puedas ver...

—Tus ojos... no, tus pupilentes, la jaula de Hedwig y la camisa que te regalo Nypmh... huelo el óxido de los carritos, tu colonia y canela... puedo... puedo tocar mi baúl y...

—Harry... Harry... está bien, muy bien... respira conmigo... así... uno, dos, tres... una vez más... uno, dos, tres.

—Lo siento— las mejillas del azabache se colorearon de rojo y bajo la mirada a sus zapatos, de repente alzo la mirada con temor viendo a la tía de su amiga. —Se lo podemos explicar... él... no lo aleje de mí, por favor... sé que es mágico yo...

Regulus lucho contra sus instintos de tomar a su hijo entre brazos y se paro en toda su altura, dejando entrever una seguridad que no sentía.

—Gracias por no haber armado un escándalo. Ahora que Harry esta mejor, puedo explicar que sucede, pero me temo que este no es el lugar ideal. Por suerte no hemos llamado mucho la atención, pero eso puede cambiar si se dice algo equivocado y creo que ninguno quiere eso. Puede no confiar en mí, yo tampoco confió en usted, pero Harry ha expuesto su conocimiento de mi siendo un no muggle, así que ¿estaría bien para usted no se... un cuarto tal vez del caldero chorreante? Los niños deben tener hambre...

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