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No podía evitar dar vueltas en la cama mientras se lamentaba de si mismo, ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué se atrevió a tanto? Ya era un nuevo día y Darién no había salido de su habitación, tenía los ojos notoriamente hinchados y sus cabellos despeinados.

—¡Lo arruiné, lo arruiné!— No iba a negar que había derramado varias lágrimas en toda la noche.

—¿Qué estamos haciendo?— recordó aquella pregunta de Sovieshu justo después del último beso. —Ambos... Somos hombres

—¿Te importa que sea un hombre? ¿Que han importante es eso? ¡Me gustas!— Darién nunca vio algo malo en el hecho de que le gustara un hombre, no era capaz de entender porque Sovieshu le daba tanta importancia. —¿Es porque no soy un noble?— No le dió oportunidad de responder, después de eso Darién se levantó del suelo y corrió a su habitación, se encerró en ella y no quiso verlo más en momento, ahora no había ni salido a desayunar, los trabajadores le habían llevado desde el desayuno hasta la comida.

No había comido mucho, solo jugaba con la comida del plato, terminó déjando caer su cuerpo al suelo mientras colocaba su mano en su rostro.

—Fui un estúpido... Ni siquiera ha venido a buscarme.  No soy, alguien importante.

...

—¿Importa mucho si soy un hombre? ¿Es porque no soy un noble?— Sovieshu no podía dejar de pensar en esas palabras, ni siquiera terminaba de poner en orden sus ideas, ¿Cómo había sucedido? El pequeño Darién había sido de su agrado desde que lo conoció, le agradaba, le gustaba, pero..  ¿Cuando su gusto pasó a ser un interés más allá de la amistad?

—Eres un principe, eres criado para ser un líder, este imperio es tu imperio, debes hacer lo mejor para él y dar un heredero, así nuestro linaje seguirá por mucho años, es por eso que hemos elegido a Navier para ser tu esposa.— la imagen de su padre llegó a él en varias ocasiones, repetía lo mismo una y otra vez. —Gobernar y darle tu linaje a un hijo tuyo, es nuestro deber con el imperio.

—¡Ahg, basta!— Sovieshu lanzó las hojas y llevó ambas manos detrás de su cabeza, era tan cansado, era complicado entender si lo que sentía era correcto ¿Estaba decepcionando a su padre? ¿Estaba cometiendo algún pecado? En medio de esa desesperación una lágrima salió de sus ojos, una lágrima que reflejaba una lucha Interna con él mismo, de un lado lo que le fue inculcado y del otro.. su corazón.

Navier no se atrevió a entrar, al ver tal escena no entendió que era lo que tenía a su esposo de esa manera ¿Acaso había problemas en el imperio? De ser así, ¿Por qué no le había dicho nada? Acaso... Ya no confíaba en ella, ya no podía decirle nada como esposos, ahora tampoco como emperadores. Navier dejó ese lugar para ir a su habitación, si esa era la situación haría su trabajo solamente y dejaría de perder el tiempo con pensamientos que solo la distraían

...

No supo cuando el momento de cumplir su trabajo llegó, se encontraba ordenando todo en los aposentos reales, todo estaba en orden irse de ahí era lo que ya deseaba hacer pero tenía que esperar a los guardias.
Darién miraba el pasillo  mientras esperaba en la puerta, había escuchado el sonido de las pisadas de alguien apresurado, seguramente eran los guardias que cuidarían esa noche pero su rostro expresó tal  sorpresa al ver que quién se apresuraba a entrar a la habitación era el emperador, ni siquiera pudo hacer una reverencia, Sovieshu lo tomó del brazo y lo adentro en la habitación.

Sovieshu cerró la puerta con llave y finalmente se dió la vuelta para ver al rubio totalmente confundido por la acción.

—¿Majestad?— Sovieshu se acercó, tomó el cuello contrario y lo empujó hacia él apoderándose de sus labios nuevamente en un beso rápido y necesitado, Darién no pudo corresponder al instante, fue difícil para él poder tomar el mismo ritmo que el emperador mostraba, no solo sentía que sus labios se movían cada vez más rápido, la lengua del emperador pasaba sobre sus labios dejando humedecía está zona, sentía que su respiración se hacía cada vez más agitada y que se desmayaría en unos segundos si continuaba así, pero el emperador se separó, lo tomó en sus brazos y lo recostó en aquella cama amplia.

Emperador I Love. Sovieshu (Boys  Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora