La emperatriz ya no sabía que era lo más horrible de toda la situación, Navier se mantuvo inmóvil desde que encontró a su esposo besando al joven rubio que, ella estaba segura, solo era un empleado más, posiblemente había escalado a ser un amigo, pero lo que estaba viendo, era tan confuso para ella apenas podía creerlo.
De un momento a otro sus guardias perdieron el control, atacaron al emperador y a Darién, con palabras.
-¡Pecadores! ¡Insólito! ¡Enfermos!- Navier llevó su mirada la pareja, Sovieshu abrazó a Darién y este se ocultó en sus brazos.
-¡Ustedes no entienden! ¡Soy su emperador, les ordeno que se alejen, no dejaré que lastimen a la persona que amo!- Navier sintió un dolor en el pecho, su pupila se dilató y segundos después sintió el rastro húmedo de las lágrimas que comenzaba a salir de sus ojos, pero ella seguía sin decir algo.
Los guardias al ver a la emperatriz llorar , por primera vez ante sus ojos, empuñaron sus armas y fueron dispuestos a atacar.
-Sovieshu...- Darién sintió como Sovieshu tomaba su mano con fuerza y lo arrastraba con él huyendo de la jauría enojada que los perseguía.
Navier tragó saliva, limpió sus ojos y levantó su cabeza con todo su porte elegante que siempre mostraba.
-Traigan a los dos ante mí, informen al pueblo, su majestad, el emperador Sovieshu, será encarcelado por orden de la emperatriz.- dijo a los guardias que se quedaron en su compañía, dicho eso se dió la vuelta y caminó lo más rápido que podía de regreso al palacio con todo el enojo que se podía transmitir físicamente, pues aquella orden no había sido pensada con claridad, aquello fue dado desde el dolor de la traición de quién más amas.
...
Estaba cansando, varias ramas habían golpeado sus rostros y parte de sus cuerpos, la luz de la luna apenas y les permitía ver por dónde iban, pero como se iban adentrando al bosque la oscuridad los atrapaba y hacía casi imposible que vieran con claridad.
-¡Por allá! ¡Se fueron por ahí!- Darién escuchaba las voces de los guardias, la respiración agitada de Sovieshu que se mezclaba con la suya, corrieron tanto que sentía sus rodillas doblarse a cada segundo y como su corazón pareciera que iba a salir de su pecho en cualquier momento.
Sovieshu se detuvo rápidamente al ver que el camino había terminado, delante de ellos había un precipicio.
-¿Qué hacemos ahora? Sovieshu...- Darién no quería ser molesto, no en ese momento, el emperador miraba por todos lados buscando una salida, necesitaba poner a salvó a Darién.
-Tarde o temprano... Los grandes secretos se terminan revelando.- dijo alguien a sus espaldas.
-¿Quién eres? Deja que te vea...- los pasos de aquel hombre se escucharon, quién salía a la poca luz no era nadie más que Egli, quien parecía tener una sonrisa triunfante. -¿Tú? ¡¿Qué es lo que quieres?!- Sovieshu no podía pensar con claridad, estaba demasiado ansioso, todo lo contrario de Egli que se miraba de lo más confiado.
-Venganza... Eso quiero.
-¡Por aquí!- Sovieshu no pudo preguntar nada, los guardias pronto los rodearon.
-Su majestad, usted no puede escapar de las consecuencias de sus actos- dijo Egli. -ahí tienen caballeros todo suyo...- los guardias no tardaron el someter al emperador pero antes de que pudieran tomar a Darién Egli se apresuró a tomarlo.
-¿Qué hace?- cuestionaron los guardias mientras Darién comenzó a forcejear lo más que pudo pero era imposible zafarse, sus brazos ya estaban lastimados por los golpes y arañazos de los árboles, y sus rodillas aún estaban temblando.
-¡Suéltame!- Darién arañó el rostro de Egli recibiendo a cambio un puñetazo en el rostro.
-¡Darién!- Sovieshu comenzó a moverse aún más, los guardias lo detenían con más fuerza.
-Majestad...- Egli volvió a hablar. -Usted posiblemente ya no lo recuerda, pero yo recuerdo lo que hizo muy bien, usted... Causó la muerte de mi madre, si no hubiera sido por usted, ella estaría feliz con mi padre...- Egli tomó del mentón a Darién mirando como salía sangre de su nariz debido al golpe que antes le había dado. -Mi madre no va a volver... Pero, puedo hacerlo sufrir lo suficiente hasta estar satisfecho y que mejor manera... Que haciendo que pierda lo que más ama.- Egli arrastró a Darién hasta la orilla de aquel precipicio.
-¡Suéltame, suéltame!- Darién no quería rendirse, trató más y más, los guardias soltaron a Sovieshu al ver tal acto cruel que Egli estaba por hacer.
-¡Darién!- Sovieshu gritó el nombre del chico lanzándose para atraparlo, pero solo pudo ver cómo la mano de Darién se alejaba de la suya perdiéndose en la oscuridad del vacío dejando solo el rastro del último grito de desesperación que salió del chico.
-Este dolor... Será suficiente para mí...- digo Egli mientras se alejaba, los guardias miraron a Sovieshu llorar mirando hacia tal vacío, el emperador ya ni siquiera puso resistencia cuando lo volvieron a tomar preso, solo avanzó hasta lo que ahora esperaba, fuera su final.
...
-Emperatriz... ¿Qué quiere decir con eso?- Rashta había escuchado cuando Navier decía a los empleados que sacarán todas las pertenencias de Darién del palacio y las quemarán. -¿Por qué Darién...
-¡Haz silencio!- Rashta se sobresaltó al ser interrumpida de tal forma, Incluso el pequeño Ian que estaba en sus brazos soltó el llanto. -Escuchen todos, nadie puede mencionar ese nombre a partir de ahora, al primero que oiga decirlo, lo castigaré.
Rashta sintió que algo más pasaba, después de que la emperatriz se fuera ella fue hasta su habitación, tomó su capa y cubrió a su bebé con ella, caminó hasta el jardín y apenas los guardias se descuidaron salió del palacio.
-¿Qué sucedió...?- preguntó mientras avanzaba, fuera cuál fuera la verdad, la iba a buscar.
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Emperador I Love. Sovieshu (Boys Love)
FanfictionDarién ha sido prisionero de un pecado que no es suyo, de la sed de venganza de una mala persona; la vida le da la oportunidad de liberarse a través de un amor imposible a sus ojos. -idea original -los personajes no son creación mía, el único que me...