24

777 114 6
                                    

Hacia mucho no había señales de movimiento enemigo, habían iniciado con la defensa con la ayuda de Lord Ángel, tal vez gracias a eso el enemigo, ahora, se andaba con cuidado, pero no estaba quieto, algo en su interior le decía que lo peor estaba por venir, ¿Un presentimiento? Esos que solían llegar a las personas sensibles, o solamente, las personas ansiosas.  Aquella presión que sentía, parecía entenderse cada día, fuera lo que fuera, deseaba que terminara lo más pronto posible, no solo por su paz, también por la de Darién, Navier... Su pueblo.

Darién también lo sentía, su cuerpo temblaba cuando miraba por las ventanas, hacía el horizonte vacío, el miedo le inavadia, incluso en sus lecciones junto a el gran mago, el cual había notado que su progreso no era muy rápido, ¿Qué era eso? ¿Culpa?

...

La noche se sentía misteriosa, el viento soplaba más de lo normal, era frío y la luna apenas y dejaba que algunos de sus rayos de luz cruzaran las nubes que la cubrían, Navier tembló al leer una carta, carta que un pequeño pajarito azul llevó hacía ella.

“¿Dónde está tu esposo ahora?”

La primera línea ya le había sembrado incertidumbre.

“donde el cielo y los árboles se juntan,  los árboles del bosque, dónde la gran roca es iluminada... La respuesta a esta pregunta hallarás”

Navier sabía qué lugar era ese, “la gran roca es iluminada”, se refería a una vieja roca que cayó de una montaña, solía estar ahí desde que era niña, junto a Sovieshu visitaba ese lugar, en esos años, le gustaba, porque los rayos de la luna caían sobre este y la hacían brillar.

Navier pensó que se trataba de una broma, además, ¿Debía salir a estas hora?
Se asomó por la ventana, no quería pensar en ello, pero, la incertidumbres era fuerte, de un momento a otro, se vió a ella misma ir acompañada de algunos guardias, estos mismos no la dejaron ir sola.

Guiada por la poca luz, se introdujo en el bosque hasta que pudo oírlo; el viento hacía sonar las joyas de las prendas que el de cabellos rubios usaba, la ropa que usaba para danzar estaba compuesta por piezas tejidas en la tela, piezas que sonaba con cada movimiento para aumentar la gracia de estos, en ese momento, Darién no bailaba pero el viento las hacía sonar, el viento movía los cabellos rubios y negros, mientras los labios de los dueños de estos se encontraban y parecían estar hechos justo a la misma medida. La manera en la que Sovieshu parecía amar a Darién y Darién lo hacía ver también, fue lo que hizo que de los ojos verdes de Navier las lágrimas salieran, sus labios temblaron hasta que se mordieron para evitar soltar el llanto.

-la emperatriz... Soy la emperatriz, no debo... Ser débil- pensó, mientras que los que la acompañaban miraban aquella escena, ¿Asombrados? ¿Horrorizados?

-¡Majestad!- Sovieshu se sobresaltó, se separó de Darién y junto a él observaron a las personas que los miraban.

Decepción, enojo, odio, náuseas... ¿Qué otra cosa podría agregar... A las miradas que recibían.

-¡Su majestad, es un pecador! ¡Él y ese muchacho!- Darién miró a Sovieshu y se aferró a sus brazos, los guardias que eran fieles a la emperatriz, lo miraban con desagrado. -¡Atrapenlo!

-¡Sovieshu!- Darién se abrazó a él mientras Sovieshu lo protegía con su cuerpo de aquellas personas furiosas que se acercaban a él.





N.A.
Hola, se que he estado tardando mucho en actualizar, me disculpo, últimamente no tengo mucho tiempo libre. He iniciado mi servicio social así que mi tiempo se redujo mucho, pero trato de actualizar para que pueda darle final a esta obra que he disfrutado mucho ^^ espero comprendan

Emperador I Love. Sovieshu (Boys  Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora