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El aroma del té de eucalipto le calmó un poco, desde la primera hora del día Sovieshu había tenido dolor de cabeza, después de ir a ver al rubio que dormía le dejó un beso en frente y fue a iniciar su labor, mientas que su esposa se encargaba de los aliados él estuvo todo el día investigando, con la guardia real, cada rincón de la academia, también las fronteras del imperio buscando alguna pista de los saqueadores, después de una larga búsqueda el mago anciano identificó un rastro de maná ajeno a los magos que conocía, pero, no todo era tan fácil, él tenía que investigar este y si era posible saber que tipo era y a quien podría pertenecer.

Cuando regresó al palacio estaba agotado, aún no era muy tarde, antes de ir a su habitación recorrió todo el pasillo hasta la habitación del rubio pero la encontró vacía y en lugar de verlo a él, Rashta fue quien lo saludó en el pasillo.

—Majestad, buenas noches.— Sovieshu se vio sorprendido, no por qué Rashta llevaba varios libros de la biblioteca hasta su habitación, también porque ella había hecho una reverencia limpia y elegante, lo que le hizo sonreír, ella había estado estudiando.

—buenas noches Rashta. ¿Cómo va el estudio?

—Me estoy esforzando, aún no se leer del todo bien y olvido muchas cosas, pero se que podré hacerlo en un tiempo, además...— Rashta sonrió ampliamente. —Darién me ayuda.— Sovieshu colocó una sonrisa aun más amplia, Darién... Podía ser aún más maravilloso.

—Sigue así Rashta, se que podrás aprender muchas cosas...— Sovieshu acarició la cabeza de la chica como una manera de felicitación. —Ow, ¿Sabés dónde está Darién? Debería estar descansando.

—ouh... Si, Rastha le dijo que debía descansar, pero... No hizo caso, Darién fue a su trabajo, debe estar preparando su habitación majestad.— Sovieshu suspiró, sabía que el rubio era alguien terco.

—Ya veo, entonces iré a descansar, Rashta no te esfuerces demasiado. Descansa también.

—Si, descanse su majestad.— Sovieshu continúo su camino, al llegar a su habitación pudo ver la espalda del rubio acomodar los cojines, sonrió con ternura y cerró la puerta detrás de él, Darién al escuchar el sonido del cerrojo se sobresaltó, se dió la vuelta viendo al emperador delante suyo.

—Majestad...— Darién sonrió ampliamente después de llamarlo, Sovieshu se acercó a él, sus brazos lo tomaron pegando al rubio a su pecho, por fin, después de largas horas, lo estaba abrazando.

—oww...— Darién pasó sus brazos alrededor de Sovieshu, sentía como la respiración contraria caía sobre sus cuello, por el otro lado, Sovieshu no podía dejar de abrazarle, tal vez porque sintió que podía perderlo cuando lo vio caer al suelo tan de repente, ahora mismo, sentía que el cuerpo de Darién era frágil, cómo sin un mal movimiento fuera a romperlo. —¿Sovieshu...?— Darién finalmente lo llamó.

—Darién...— la voz del emperador parecía estar adormecida. —No vuelvas a preocuparme de esta manera... No soportaría que te pasara algo... Pequeño terco, deberías estar descansado, tu maná fue robado de golpe no deberías trabajar.— Darién sonrió un poco, la preocupación del emperador le había sentir bien, su estómago había revoloteado, Darién se separó un poco, lo suficiente para poder ver el rostro del emperador, sus manos de colocaron en cada una de las mejillas de Sovieshu, los ojos del emperador se mantenía sobre los ojos de Darién.

—Quería verlo...— dijo el rubio. —La única manera en la que puedo dormir con usted es así, ya pasé una noche lejos de sus brazos, no iba a volver a dormir lejos de usted.— Sovieshu tomó ambas manos de Darién entrelazando sus dedos con los suyos.

—También deseaba verte... Lo que me mantuvo con las fuerzas para regresar al palacio... Fue saber que estabas aquí, esperando por mí.— Sovieshu se agachó un poco, a la altura de Darién, sus frentes se unieron y sus labios rozaron entre ellos, cada uno podía sentir la respiración del otro. Los ojos del emperador y los de Darién se cerraron al unir por completo sus labios. Un beso, uno que ambos necesitaban después de todo ese tiempo sin poder hacerlo.

Ninguno de los dos quiso detenerse, sus labios parecían conocerse y necesitarse, mientras sus bocas se tocaban una con la otra sus dedos se mantuvieron entrelazados hasta que el emperador rompió está único para poder tocar el cuerpo de Darién. Una de sus manos detrás de su cuello y la otra subía y bajaba por su espalda.

—mmg...— Darién soltó un jadeo al sentir como Sovieshu había hecho una pequeña presión sobre sus labios.

—lo siento...~— dijo Sovieshu en medio de los besos. Darién negó moviendo su cabeza, esa acción no le molestaba.

—Sovieshu... ¿Usted está cansado? Puedo sentir que lo está...  ¿Es por el rumor de que atacarán el imperio?— Sovieshu asintió moviendo su cabeza, Darién tomó nuevamente su mano y llevó a Sovieshu hasta la cama, dónde le indicó que se acostará boca abajo. —Le haré un masaje... Mientras, si no le molesta, puedes contarme.

—Lo haré... Porque necesito que alguien me diga que lo que estoy haciendo está bien.— Darién rió levemente mientras que comenzaba a pasar sus manos por la espalda del pelinegro.

—Usted parece ser alguien mimado, pero está bien, yo lo consentiré.— Sovieshu
sonrió nuevamente y mientras dejaba que las manos de Darién lo llevarán al cielo platicaba con el sobre lo que había pasado, Darién sabía que había pedido su maná gracias al médico pero no había imaginado que lo que pasaba con los demás magos y aprendices iba más allá de un simple robo.
Estaba preocupado, por el imperio y porque Sovieshu trabajaba mucho más que antes.

—Será difícil si dejamos que nos invadan, el pueblo se verá afectado si inician saqueos o una Guerra...

—Muchos perderían la vida... Lo entiendo, es horrible que exista alguien cruel que no piense en eso... Pero, encontrarán la solución, confío en que será así.— Sovieshu suspiró.

—Si, la encontraremos, y... Después de esto, quiero que tú y yo, tengamos un viaje especial, al menos por un par de días, dónde solo estemos nosotros. ¿Te gustaría?— Darién no respondió de inmediata, en su lugar, busco el cuello de Sovieshu y dejó varios besos en este, ante el tacto de los labios de rubio Sovieshu se dió la vuelta con cuidado. Darién seguía arriba suyo pero ahora, Sovieshu podía verlo. —Tomaré eso como un sí.

—Es un sí, quiero ir contigo a dónde sea, aún si fuera solo por unas horas yo estaría encantado.— Sovieshu rodeo la cintura del rubio para atraerlo hacía él, nuevamente sus labios volvieron a juntarse y las caricias se hicieron presente nuevamente, hasta que ambos se abrazaron y no se soltaron más, no hasta que los dos quedaron dormidos.

Emperador I Love. Sovieshu (Boys  Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora